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Prisión sin fianza para el autor de los apuñalamientos de Lleida

El detenido se ha mostrado arrepentido ante la juez y ha pedido perdón a las víctimas

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Lleida ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza para Alejandro Ruiz, el joven estudiante de cuarto de Medicina detenido el pasado martes como presunto autor del apuñalamiento de cinco personas en Lleida.

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La magistrada imputa al detenido, de 21 años y natural de Logroño, cinco delitos de homicidio o asesinato en grado de tentativa o alternativamente cinco delitos de lesiones, además de un delito de incendio. El fiscal ha pedido también que se aprecie la agravante de haber actuado por motivos xenófobos, pero en el auto de prisión la juez no se ha pronunciado sobre esta circunstancia. Sin embargo, no se descarta que puede ser incorporada más adelante cuando avance la instrucción de la causa.

El detenido, al igual que había hecho delante de los Mossos d’Esquadra, ha vuelto a reconocer los hechos y los ha justificado diciendo que ese día estaba sometido a una gran presión psicológica que no pudo soportar. La declaración judicial ha durado una hora y media, tiempo en el que Ruiz se ha mostrado arrepentido, al tiempo que ha pedido perdón a las víctimas y a sus familiares. En ningún momento ha admitido que las agresiones obedecieran a motivos racistas.

El abogado del detenido, Jon Zabala, ha explicado que éste venía sufriendo desde hace tiempo brotes psicóticos y que no fue valiente para reconocerlos y solicitar ayuda. “Nadie sospechaba que estuviera atravesando desde hace meses por una situación psicológica tan grave hasta el extremo de querer acabar con su vida y con la de todo aquel que se pusiera por delante”, ha señalado, al tiempo que ha solicitado que su cliente sea tratado en un centro psiquiátrico.

El letrado que representa al peruano Héctor Navarro, su primera víctima, ha explicado que las agresiones pararon porque el cuchillo se quedó clavado en la espalda de la quinta víctima y Ruiz salió huyendo.

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Alejandro Ruiz fue detenido el pasado martes por la tarde por agentes de la Guardia Urbana a los que confesó ser el autor de los apuñalamientos y del incendio provocado en el piso donde residía, situado muy cerca del lugar donde inició la cadena de agresiones. “Soy la persona que ha acuchillado a toda esa gente y ha quemado su casa. Quiero confesarlo todo”, les dijo el detenido a los agentes cuando iban a proceder a identificarlo a las puertas de su domicilio.

Los mandos de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Urbana de Lleida han explicado esta mañana en una rueda de prensa conjunta algunos detalles del dispositivo policial desplegado para localizar y detener al sospechoso y han negado categóricamente falta de coordinación y de colaboración policial.

El intendente de los Mossos, David Boneta, ha explicado que el lunes por la mañana el detenido fue a una gasolinera a comprar una garrafa de gasoil y por la tarde lo desparramó por diferentes partes de su piso y le prendió fuego. A continuación salió de casa armado con el cuchillo de cocina con el que cometió las agresiones y con un machete, que no llegó a utilizar y que todavía no ha sido recuperado.

Después de apuñalar a las cinco víctimas, Ruiz se escondió en unos matorrales y cuando se hizo de noche deambuló por campos y caminos rurales recorriendo unos 70 kilómetros por diferentes localidades del Segrià y Noguera. En su huída pasó por poblaciones como La Portella, Algerri, Almenar y Alfarràs, llegando a las cinco de la tarde del día siguiente a Balaguer, donde se tomó un café con leche y solicitó un taxi para regresar a Lleida. Llegó a su domicilio sobre las seis de la tarde, arrojó la camisa a rayas que vestía en el momento de los ataques en un contenedor y, según la Policía, se sintió tan presionado y acorralado que decidió entregarse.

Ruiz declaró ante la Policía que no toma drogas ni alcohol ni medicamentos y que decidió cometer las agresiones porque ese día se sentía “muy bajo de autoestima, angustiado y con ganas de acabar con todo, incluso con su propia vida”.

Aunque el detenido no ha explicado en ningún momento con qué criterio eligió a sus víctimas ni cuál es su ideología, en las diligencias policiales entregadas al juez se hace constar la posible existencia de una motivación racista en los ataques. De hecho el en registro de su domicilio los agentes encontraron algunos indicios como inscripciones con simbología nazi en las paredes y libros de ideología fascista.

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