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La victoria de Colau paraliza el hotel de lujo del Deutsche Bank

La suspensión del gran equipamiento hotelero no obligará a indemnizar al promotor ya que el proyecto todavía no ha llegado a aprobarse

El edificio donde se tenía que construir el hotel de lujo.
El edificio donde se tenía que construir el hotel de lujo.Carles Ribas

El gran hotel de lujo que el grupo inversor KKH iba a construir en la torre Deutsche Bank, en la esquina de la Diagonal con el Paseo de Gràcia, estaba llamado a convertirse en un nuevo símbolo de la ciudad. El hotel de cinco estrellas tenía que ser el imán que atrajera a las inversiones que se esperan en la nueva Diagonal, recientemente remodelada por el gobierno de Xavier Trias al gusto de los comerciantes. Pero las tornas han cambiado y, con la victoria de Ada Colau, el macrohotel no llegará a construirse.

 La torre Deutsche Bank pasará de ser el imán de los inversores a la nueva Diagonal a un emblema de la política de izquierdas que tiene la intención de cambiar el modelo de ciudad. Barcelona en Comú analizará todos los proyectos que considera “que responden al interés particular en detrimento del interés general” y frenará todos aquellos que obliguen a compensar con indemnizaciones millonarias a las empresas privadas que hay detrás. El hotel del Deutsche Bank es uno de los primeros de la lista por lo que representa y porque su paralización sale gratis.

En julio del año pasado, el fondo de inversiones KKH Property Investors compró el edificio por 90 millones de euros con la intención de construir un gran hotel de lujo que debía gestionar la cadena Four Seasons. El solar no permite una gran edificabilidad, de manera que habían previsto una jugada a tres bandas para poder aumentarla: el inversor compraba la edificabilidad que dos entidades —Lluïsos de Gràcia y la Fundació Pere Relats— tienen en otros puntos de la ciudad para concentrarla en esta esquina.

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Esta operación implicaba una Modificación del Plan General Metropolitano (MPGM) y estaba previsto que se aprobara en el último pleno del anterior mandato, justo antes de las elecciones municipales. Pero en el último momento, consciente de que tenía a los vecinos y a toda la oposición en contra —menos al PP que ya había anunciado su disponibilidad— el alcalde Trias decidió sacar el polémico punto de la orden del día. Es decir, el proyecto no llegó a aprobarse. Para frenar todo este plan bastaría con dejarlo en un cajón, ya que ni tan siquiera podría aprobarse por silencio administrativo. Pero la intención del equipo de Ada Colau no es aparcarlo, sino suspenderlo.

Desde que los antiguos propietarios del inmueble —las familias andorranas Reig, Ribas y Cerqueda— anunciaran al mercado su intención de venderlo, varios grupos pujaron por el edificio. Su actual inquilino, el despacho de abogados Cuatrecasas, lo abandonará el año que viene para trasladarse a su nueva sede del 22@, por lo que los grupos inversores vieron una oportunidad para levantar un nuevo hotel de cinco estrellas ante el tirón del turismo en la ciudad. A pesar de que el fondo Emin Capital apostó públicamente por esa compra, fue finalmente KKH, con sede en Luxemburgo, el que se hizo con él en julio de 2014.

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El fundador del fondo, Josep Maria Farré, pensó en ubicar en ese edificio un hotel de la cadena Four Seasons o Kempiski, además de marcas de lujo en sus locales comerciales. Sin embargo, para que la primera marca se estableciera en la capital catalana el edificio requería una reforma integral y ganar altura, de modo que se llevó al Ayuntamiento la propuesta de derribarlo y pasar de los actuales 75 metros a 98, por encima de la cercana torre de Banc Sabadell. Para pasar de 14.000 a 19.000 metros cuadrados, los promotores necesitaban comprar edificabilidad en otros puntos de la ciudad. De ahí la operación con los Lluïsos de Gràcia y la Fundació Pere Relats, que serán los otros damnificados del frenazo en el proyecto, ya que contaban con los ingresos de la venta de la edificabilidad de dos solares que tienen el barrio de Gràcia. El Ayuntamiento estimó que la operación arrojaba unas plusvalías de 27,1 millones de euros.

KKH declinó hacer comentarios, pero fuentes del sector explican que el promotor tiene otras alternativas, como la construcción de un hotel mucho más pequeño —aunque no un Four Seasons— o de apartamentos de lujo.

El sector inmobiliario barcelonés da por hecho que ese proyecto no se ejecutará. Y eso da al traste con sus planes para la Diagonal. Barcelona y Madrid son los escaparates para los inversores internacionales, que buscan sobre todo edificios comerciales en el centro. Sin embargo, el paseo de Gràcia se ha quedado pequeño porque está ya a tope, de modo que necesita crecer. Y esa vía de expansión debe ser hacia arriba, por la Diagonal, y hacia abajo, por la plaza de Catalunya.

El hotel de Deutsche Bank debía ser lo que se conoce como un edificio rótula, es decir, la puerta de entrada del nuevo eje comercial en el que debía convertirse la avenida Diagonal tras su reciente remodelación, hecha a medida de los comerciantes de la zona. Con la reforma, el tráfico se ha pacificado y las aceras se han ampliado favoreciendo así la instalación de terrazas en los bares y restaurantes y el paseo por la nueva avenida. Un espacio amable para mirar escaparátes y comprar.

La otra puerta de entrada a ese nuevo espacio comercial con el que soñaban los empresarios del sector debía ser por el edificio de la antigua sede de Winterthur, en la plaza Francesc Macià, que se ha convertido en apartamentos de lujo.

En esta misma dirección, Colau anunció ayer que revisará la subvención que el Ayuntamiento da al circuito de Montmeló. “En este contexto de emergencia, subvencionar la Fórmula 1 no es la prioridad”, dijo Colau, que recordó que con los 4,5 millones que cuesta la F1 se pueden garantizar todas las becas comedor que han quedado desatendidas.

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