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Crónica:FÚTBOL | 15ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Racing gana tres meses más tarde

Antoñito Aganzo castigan la desidia defensiva del Getafe, impotente en ataque (1-2)

Con ganas, eficiencia, orden y poco más, el Racing le sacó los colores al Getafe, una sombra del equipo que destapó la caja de los truenos en el Bernabéu. Schuster no supo atajar el exceso de confianza de una plantilla que, por los nueve puntos que le aventajaba, se sentía muy superior a los montañeses.

El Racing, que no se llevaba los tres puntos de una tacada desde su victoria sobre el Espanyol allá por noviembre, concedió el dominio escénico a los madrileños, que tanto masticaron la pelota y tanto se lo creyeron que se terminaron durmiendo a sí mismos de aburrimiento. Viendo que los racinguistas también caían en el desánimo, Vitolo tomó el toro por los cuernos, enfilando el frente de ataque con balones largos. Apenas surtió con tino a Antoñito, un naúfrago en el área de Calatayud.

El delantero cedido por el Sevilla nadó tanto que Melo, en una de sus internadas, le recompensó con un balón que ni pintado. También es verdad que Tena y Belenguer oficiaron una defensa de chichinabo. En los dos goles del Racing sólo un hombre tapaba al atacante; en los dos casos era Belenguer, el defensa de más luces. De los laterales tampoco se supo, aunque Pernía marcara su cuarto gol. Como suele, lo logró de falta, que en esta ocasión no entró precisamente por la escuadra. Lo hizo botando a metro y medio de Aouate y rebotando en el interior del poste derecho. Todo un galimatías para los guantes del portero israelí, que por lo demás estuvo una tarde tranquila.

Tanto que podía haberse tirado a la bartola todo el día. Se nota que el Getafe, que ha ganado uno de sus últimos siete partidos, está seco de gol. Es obvio, por muchas pócimas de la fertilidad que se le ocurran a Schuster. Por mucho que acorrale al rival de turno, le sobran maneras y le falta mala leche. Pachón, titular para despecho de Güiza, no acabó con el maleficio y terminó sustituido precisamente por el jerezano. A Riki, que falló lo que Antoñito no se permitió, ya le pitan los oídos.

El Racing sacó petróleo de la impotencia del Getafe, que con tantos arreones descuidó su propia portería. Así llegó el gol de cabeza de Aganzo, que si no le robó la cartera a Calatayud fue porque el portero andaluz se la regaló para espanto del palco. Para muestra de los errores de concentración locales, la tarjeta que Pernía, con los nervios fuera de control, se ganó por sus reiteradas protestas.

Fueron los cántabros quienes recobraron el ánimo y, de postre, quedaron como señores. Sus titulares saltaron al césped con una camiseta con el eslogan ánimo Aranburu, en solidaridad con el centrocampista de la Real Sociedad al que Oriol lesionó hace una semana. Un central que volvió a la picota cuando entró, sin orden ni concierto, de mala manera a Pachón.

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