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Crónica:Primera | Deportivo 2 - Villarreal 0
Crónica
Texto informativo con interpretación

Capdevila prolonga la sequía del Villarreal

El lateral deportivista firmó los goles gallegos y corrobora el mal inicio liguero de los de Pellegrini

Acudían los castellonenses con la necesidad imperiosa de puntuar. En frente, un Deportivo made in Caparrós que aprovechó la 'depre' de Riquelme para sumar tres nuevos puntos. El Deportivo imprimió un fuerte ritmo desde el inicio del partido. Los de Caparrós desplegaron un fútbol directo, con constantes balones en largo para aprovechar la potencia de Riki. El técnico, consciente de las dudas que planteó el partido de Mallorca, arengó a sus hombres para buscar los tres puntos. Para ello, maniató a Riquelme con el estrecho marcaje de Coloccini. Román, de capa caída esta semana, apenas intervino en el juego amarillo y mostró su versión más tristona.

Capdevila encarriló el choque para los deportivistas a los tres minutos. El lateral, sin pensárselo, soltó un potente zurdazo desde el vértice del área que hizo inútil la estética estirada de Viera. 1-0, y nefasto comienzo para los castellonenses.

A pesar del varapalo, Pellegrini mantuvo la confianza en el 'trivote' formado por Somoza, Senna y Riquelme. En el ataque, un Nihat que pasó completamente desapercibido. Nada que ver con los chicos de este Baby Depor. Garra, fuerza, velocidad y juego al límite. Sin duda, la 'impronta Caparrós' ha calado en la plantilla deportivista.

El vendaval gallego continuó. Cristian -muy bravo el chaval- y Riki probaron fortuna desde larga distancia. Y antes de llegar al descanso, fue Juan Rodríguez quien estuvo a punto de marcar, pero su tiró salió desviado.

Sentencia el Depor

En la segunda mitad varió ligeramente el guión del partido. El Villarreal se despojó de su parsimonia y comenzó a plantarle cara al Deportivo. Riquelme comenzó a aparecer -¡por fin!-, y su equipo lo notó. El argentino, que esta semana anunció su adiós a la albiceleste, sirvió buenos pases para que José Mari y Leo Franco probasen. Nada de nada. La tuvo Román, pero Aouate fue más rápido que él en el mano a mano.

El Depor, a lo suyo. Presión, desgaste y cuerpo a cuerpo, que es lo que le interesaba. En éstas, volvió a aparecer la figura de Capdevila. El catalán, muy oportuno, aprovechó el letargo de la defensa castellonense para certificar la victoria del Depor.

Ante este panorama, Pellegrini movió el banquillo y dio entrada a Forlán. No sonó la flauta. El Villarreal fue incapaz de crear ocasiones y prolongó su sequía goleadora: 270 minutos sin ver puerta.

Los castellonenses terminaron el partido desquiciados. Alguna que otra fea patada y con la mirada perdida en el cielo de Riazor. El Depor, renovado, carbura como el típico coche fiable. Sin estridencias, sin lujos, pero con un rendimiento óptimo. Palabra de Caparrós.

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