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Crónica:FÚTBOL | 11ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Madrid se agarra a Casillas

Guti se hizo expulsar de forma absurda cuando todo estaba decidido y Ramos también mereció la roja

El Real Madrid sumó una nueva victoria y volvió a dejar claro que lo suyo es ganar y sumar puntos, pero que con él no va eso del espectáculo y el buen fútbol. Puskas, recordado antes del empezar el choque, hubiera querido otro homenaje.

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El día que el madridismo despidió con cariño al mítico Ferenc Puskas, el Real Madrid volvió a defraudar y a dejar una paupérrima sensación. Las mayores ovaciones de la noche se las llevaron el gran Pancho y Casillas, que volvió a ser el mejor de un equipo que suma puntos al mismo ritmo y con la misma voracidad que provoca bostezos. El Racing completó una buena primera parte, pero acabó sucumbiendo a la efectividad del Madrid y a las paradas de Casillas.

El encuentro se puso como le gusta al Real Madrid, o mejor como le gusta a Capello. Que es igual, pero no es lo mismo. Sergio Ramos se anticipó a unos despistados Rubén y Garay y cabeceó a gol un perfecto envío de Reyes desde el córner. Sólo habían pasado cinco minutos y el Bernabéu ya había visto lo mejor que ofreció su equipo en la primera parte. El Madrid, como acostumbra, o como está mal acostumbrando a su afición, se replegó, cedió el balón al Racing y se dispuso a esperar que el rival dejara los espacios suficientes en defensa para sorprenderlo en un contragolpe y acabar con el partido.

La teoría está muy bien, pero el Madrid no logró llevarla a la práctica. Se encontró con un equipo que no desprecia el balón y se siente más cómodo con él. Primero porque cuando tiene la pelota sufre menos en defensa y hasta es posible que llegue a marcar algún gol. Eso es lo que hace este Racing construido por Miguel Ángel Portugal, que ha desmostando las teorías de sus críticos con el buen juego y mejores resultados de las últimas jornadas. Hasta que el Madrid se cruzó en su camino, el Racing sumaba siete encuentros sin conocer la derrota.

Superados los espejismos de Bucarest y del clásico contra el Barcelona, el Madrid obsequió a su afición en la primera parte con otro espectáculo difícil de asimilar en un estadio que disfrutó con las habilidades, por ejemplo, del gran Ferenc Puskas, homenajeado antes del choque. El Racing se lo creyó y comenzó a vivir más en el campo del Madrid que en el suyo. Al cuarto de hora reclamó un penalti claro por mano de Sergio Ramos, que a su vez se quejó de un empujón de Zigic, que poco después protagonizó otra acción polémica. Con un espectacular cabezazo a la salida de un córner obligó a Roberto Carlos a desviar el balón bajo el larguero no se sabe si con el antebrazo o con qué. No quedó claro.

El Racing, que supo anular a Guti, no se desanimó y como el Madrid seguía sin enterarse debió aparecer la figura de Casillas para evitar que el empate regresara al marcador antes del descanso. Con tres intervenciones espectaculares Iker volvió a dejar claro que aunque el Madrid juegue mal, para ganar a este equipo primero hay que superarle a él.

Sentencia

El paso por los vestuarios aclaró algo las ideas en el bando local, pero dejó sin ellas a los visitantes, a los que se les escapó el partido con un error en el centro del campo cuando casi se había cumplido una hora de juego. Perdieron el balón y el Madrid montó un contragolpe que culminó de forma precisa Reyes después de un buen pase de Emerson. Igual que decimos que el Madrid no juega bien también hay que elogiar el virtuosismo que demuestra este equipo en la ejecución de los contraataques y en las acciones a balón parado. Si con una contra llegó el segundo tanto, de un córner había nacido el primero.

El golpe que recibió el Racing fue fuerte, pero no tanto como el que le llegó diez minutos después, cuando, en la mejor acción de la noche, una combinación entre Guti, Diarra, Van Nistelrooy y Emerson la aprovechó Diarra para poner la sentencia y marcar en fuera de juego. Resignados y con todo perdido, los hombres de Portugal obtuvieron una mínima recompensa a su trabajo con el golazo de falta de Garay. El buen central argentino se sacó un latigazo desde 25 metros al que no pudo llegar Casillas, que volvió a aparecer casi al final para sacar de la escuadra un tiro de Zigic, desaparecido hasta entonces en el segundo tiempo.

Si hay algo que no cambia es que este Madrid, como el de años anteriores, sigue agarrado a Casillas. Como tampoco cambia Guti, al que se le cruzaron los cables y propinó un codazo a Vitolo al tiempo que le daba una patada. No se puede permitir que a falta de dos minutos y con todo decidido un jugador se haga expulsar y se pierda el próximo choque contra el Valencia. Como tampoco se comprende una acción posterior de Sergio Ramos, que debió ver la roja por una entrada por detrás a Aganzo casi en el centro del campo. No se puede permitir a un profesional el comportamiento de Guti y Ramos.

No quedaba tiempo para más fútbol, pero sí para que Casillas firmara su última obra y alcanzara a desviar con la mano, abajo y cerca del poste, un disparo fuerte y colocado de Garay.

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