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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Despertar tardío

Saviola no falta a su cita con el gol, Iniesta brilla y Ronaldinho sigue ausente

El Barça de los últimos tiempos es un equipo al que se le ve frío y cansado, sin la chispa que le había hecho temible en toda Europa. Cada partido supone un nuevo esfuerzo para retornar a su nivel pero ni siquiera el espíritu de sus jugadores hace que salgan de ese ritmo anodino en el que se manejan últimamente.

Los Rijkaard repiten la fórmula de pases cortos, paredes y la creatividad de sus hombres de ataque, pero el resultado no se repite porque la velocidad del conjunto catalán apenas tiene revoluciones si el balón no pasa por Iniesta. Es el manchego el que pisa el acelerador y aporta un fútbol más revolucionado cuando encara a sus rivales con el balón pegado al pie en la carrera. Sin embargo, ante el Celta se ha exiliado a la banda derecha ante la ausencia de especialistas como Giuly con su correspondiente falta de protagonismo y sólo cuando ha regresado a sus dominios el Barcelona ha creado situaciones favorables.

Afortunamente para los culés cuentan con Javier Saviola, un delantero con el que no contaba el cuerpo técnico pero que tiene encandilada a la afición. No es para menos, en apenas once partidos de Liga ya contaba con 4 goles. Está en momento dulce y aporta la facilidad para conseguir faltas al borde del área, su movilidad y astucia para aprovecharse de defensas confiados como los que hoy ha encarado. Si Oubiña le servía un balón de gol en el minuto 15 que no podía aprovechar, luego le robaba la cartera y le servía de espaldas un balón a Xavi cuya volea salvaba acrobáticamente Pinto. Finalmente, Van Bronckhorst le servía un magnífico centro desde la izquierda que cabeceaba a la red el 'pibito'.

Así, la primera parte terminaba con un partido trabado en ocasiones -Cannobio debió ser expulsado por pisar un brazo de Deco-, un insulso Barcelona que sólo había aprovechado a su nuevo hombre gol y un Celta que ni siquiera había inquietado a los locales.

El Celta aprovecha la confianza local

El descanso sirvió para que Fernando Vázquez cambiara la actitud de sus hombres, quienes saltaron al campo más agresivos tras el intermedio y el Barça les recibió adormecido. Con un juego tan parsimonioso como el del Barcelona no encontraba el camino al gol, pero en una internada aislada de Ángel por la banda llegó un penalti a su favor (dudoso) que Nené transformó en el empate.

Los locales despertaron con el empate en busca de la victoria, pero la magia de Ronaldinho no aparecía y sólo Iniesta encontraba pasillos en la defensa del Celta. Rjkaard se daba cuenta e introducía a Giuly en el campo para que Iniesta buscara los caminos que no hallaba su estrella brasileña. Así, Saviola contó con dos ocasiones antes de que Van Bronckhorst cayera fuera del área y Delgado Ferreira señalara penalti. Ronaldinho se beneficiaba de la ocasión y lograba su decimotercer tanto en la competición.

Quedaban diez minutos para el final y los contendientes y el Celta no tenía tiempo de pensar, así que adelantó líneas y comenzó a llegar al área de Víctor Valdés, mientras los 'culés' se agazapaban en busca de los contragolpes. Y así llegó el tanto de Giuly que dejaba el partido sentenciado a favor del Barcelona mientras Lequi veía la segunda tarjeta amarilla por sus protestas.

En definitiva, el Barcelona se ha llevado una victoria gracias a la calidad de sus delanteros y un arranque de furia cuando recibió el empate le permitió salir de su juego indolente y sin llegada. Por su parte, el Celta nunca amenazó la portería del Barcelona y se confió a un empate.

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