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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Madrid sufre la victoria

El Espanyol se adelantó con un gol del Valdo, pero los tantos de Higuaín y Raúl refuerzan el liderato blanco

El Real Madrid ya sabe que deberá sufrir hasta el final si quiere llegar el primero en la carrera de la Liga. Su triunfo contra el Espanyol llegó después de remontar el tanto de Valdo y gracias a los goles de Higuaín y de Raúl, de penalti. Reapareció Sneijder y el Madrid lo notó en su juego, que, una vez más, no fue brillante. El Real Madrid vive con el pulso alterado y cualquier mínimo contratiempo le incomoda y desestabiliza. No se siente cómodo y cualquier equipo ordenado y con una mínima habilidad para gestionar las acciones de a balón parado le crea problemas. En la Champions fue la Roma y esta vez le tocó el turno al Espanyol, que se presentó en el Bernabéu sin De la Peña y con Tamudo en el banquillo. Cuando saltó al campo en el minuto 65, el capitán del Espanyol le tributó la mayor ovación de la noche. Por los servicios prestados. Acabó expulsado por Muñiz Fernández por protestar cuando el encuentro ya había finalizado.

Que el partido no iba a ser sencillo se sabía de antemano y en sólo un minuto Jonathan Soriano mandó el primer aviso. Un disparo fuerte y colocado desde fuera del área que obligó a lucirse a Casillas. Apenas había dado tiempo para ver el dibujo del Madrid, un conjunto cada día más previsible y espeso. Esta vez Gago no tuvo sitio en el once, al que volvió mucho tiempo después Higuaín y en el que se mantuvo Baptista, que ni logra ser un buen complemento para Raúl en la delantera ni aporta mucho en el inicio de las jugadas. No vive su mejor momento el brasileño, como tampoco son momentos fáciles para Raúl, demasiado aislado, huérfano por la ausencia de un referente delante de él. Le llegaron pocos balones, pero uno de ellos lo convirtió en gol. Forzó el penalti de Jarque y batió a Kameni desde los once metros. 200 goles lleva ya.

Lo que sucedió antes no fue del agrado del público, que hace tiempo que no ve jugar bien a su equipo. Sufrió en defensa, donde Pepe se erigió en el jefe que lleva años buscando el Madrid. Pero ni su concentración ni su capacidad de anticipación sirvieron para evitar el tanto del Espanyol. Avanzaba el reloj hacia la media hora cuando Luis García sacó un córner en corto, se apoyó en Riera, que le devolvió el balón y lo puso perfecto en el segundo palo, donde apareció solo Valdo para marcar de cabeza. Otro gol encajado en una acción de estrategia. El agujero del Madrid es cada vez más grande en ese aspecto del juego. El tanto obligó de nuevo al Madrid a navegar contra el viento y el recuerdo de las dos últimas derrotas en casa comenzó a sobrevolar por el Bernabéu. Esta vez el Madrid sí supo reaccionar y el Espanyol no supo sentenciar. Lo tuvo todo a favor, pero le faltó ambición, instinto asesino para acabar de hundir al líder, que se sobrepuso al golpe y tuvo el acierto de dar la vuelta al marcador. Una remontada que llegó de dos acciones aisladas y no como consecuencia del juego.

Higuaín equilibra la balanza

Baptista apareció a los 37 minutos para poner en el escenario a Kameni, que había pasado casi inadvertido. El camerunés se estiró para despejar con la punta de los dedos. Todo el acierto que mostró en esta acción le faltó cuando el primer tiempo agonizaba. Marcelo por fin apareció en un ataque y su envío desde la izquierda lo convirtió en gol Higuaín, que remató con la rodilla, de la forma menos ortodoxa posible. Pudo hacer más Kameni. Respiró aliviado el madridismo, que ya empieza a pensar que Higuaín tiene algún tipo de manía al Espanyol, uno de los pocos conjuntos a los que es capaz de marcar. El técnico del Madrid, Bernd Schuster, movió pieza en el descanso. Retiró al desaparecido Robinho, que acusa la inactividad, y dio la alternativa a Drenthe. Fue un buen intento de abrir el campo para comenzar a utilizar las bandas, olvidadas de forma incomprensible desde hace tiempo. Dada al escasez de ideas que presenta este Madrid sería aconsejable atacar por los costados y no siempre por el centro, que termina convertido en un embudo fácil de controlar por el rival.

Mejoró algo el Madrid, suficiente para dar la vuelta al resultado y sumar tres nuevos puntos en su carrera hacia el título de Liga, el único trofeo que puede llevar este curso a sus vitrinas. La mejor cara se vio cuando sobre el campo estuvo Sneijder, un buen socio para Guti y que sabe moverse entre líneas como pocos de sus compañeros. Poco después de que el holandés pisara el césped llegó el gol de Raúl, pero no la tranquilidad. Se vio agobiado por el empuje del Espanyol y sufrió la victoria hasta el final. Un triunfo que le deja, de forma provisional, con ocho puntos de ventaja sobre el Barcelona.

Raúl festeja el gol de la victoria.
Raúl festeja el gol de la victoria.EFE

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