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AUTOMOVILISMO | FÓRMULA UNO

La crisis aprieta el cinturón de la Fórmula Uno

La depresión económica obliga a la organización a proponer planes de reducción de costes para hacer viable el deporte

La crisis financiera internacional no sólo afecta a los pequeños contribuyentes. Organismos tan grandes como la Fórmula Uno también se han visto afectados por las turbulencias financieras; tanto que el Consejo general del circo ha propuesto un recorte radical en los presupuestos a cinco años vista para ayudar a los pequeños equipos a sobrevivir a la "tormenta". Las medidas planteadas podrían incluir incluso la instauración del motor estándar para todas las escuderías de la parrilla en 2010.

Los diez principales equipos de la parrilla se reunirán la próxima semana para presentar un plan de acción con efectos hasta 2013 alegando que los costes actuales de la Fórmula Uno son "insostenibles". "Incluso antes de que surgieran los problemas financieros, el gasto de los equipos estaba muy por encima de sus ingresos. Es tan real el peligro que las subvenciones podrían interrumpirse". La tendencia ha provocado que los equipos que antes eran independientes pasaran a depender de los inversores individuales, al tiempo que los fabricantes dependieran mucho más de los distribuidores de sus propias empresas.

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El futuro de algunos fabricantes empieza a cuestionarse desde que se ha abierto la veda de despidos, la caída de los precios y la disminución en las ventas. La escudería Toyota, por ejemplo, sobrelleva un presupuesto estimado superior a los 400 millones de dólares. Pero el panorama puede torcerse aún más. Deportivamente, la peor (y más temida) consecuencia que puede acarrear la crisis es la reducción del número de coches en la parrilla después del abandono de Super Aguri por cuestiones económicas. Por ese motivo, el Consejo cree que la Fórmula Uno puede sanearse solamente si los presupuestos de los equipos se elaboran acordes con los ingresos obtenidos de los derechos comerciales de cada uno.

Tras el Gran Premio de China, la Asociación de Equipos de Fórmula Uno (FOTA) propuso tres medidas para paliar el exceso de gastos en el período 2010 a 2012. La primera opción de la Federación Internacional de Automovilismo se basaba en la obligación de utilizar un modelo de motor común elaborado por un único proveedor que cada equipo podría después construir basándose en el diseño anteriormente aprobado. La segunda y tercera consistían bien en la creación de un consorcio de equipos para utilizar un motor de bajo coste realizado por un mismo fabricante o bien la utilización de un motor y una caja de cambios completa e inferior a cinco millones de euros por equipo y temporada. Una última disposición incluiría también 30.000 kilómetros de pruebas y asistencia en los circuitos.

La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) también prevé establecer piezas comunes a todos los monoplazas como la suspensión, las ruedas y otras partes caras que "no añaden nada al espectáculo o el interés de la Fórmula Uno". Pero no todo termina ahí. Fuentes de la FOTA sugieren ideas como la prohibición de repostar combustible, recortar el número de vueltas por carreras y restricciones en los entrenamientos. La prioridad, según la FIA, es evitar "aquellas cosas que el público no puede apreciar", tales como la telemetría, mucho menos visible, por ejemplo, que un repostaje. Para 2013, el reto de la Federación se basa en ver propulsores de "alta tecnología moderna".

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