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ACB | FUENLABRADA 88 - IURBENTIA BILBAO 86

El Fuenlabrada se lleva una victoria agónica ante el Iurbentia

Los locales consiguen la victoria in extremis tras jugar los ocho últimos minutos pletóricos

El Alta Gestión Fuenlabrada se ganó el derecho a seguir soñando con la Copa del Rey tras derrotar en un partido más que intenso e in extremis, por 88-86, al Iurbentia Bilbao, que pierde cualquier opción a estar entre los siete primeros al finalizar la primera vuelta para la que sólo queda una jornada. Los locales, que antes de comenzar el último cuarto tenían el partido más perdido que ganado, sólo pudieron hacerse con la victoria tras completar unos últimos diez minutos pletóricos en los que remontaron ocho puntos. Su esfuerzo pudo resultar baldío si en el último segundo el hispano-argentino Marías Sandes no logra taponar una penetración a canasta del base bilbaíno Javier Salgado, el mejor de su equipo con diferencia.

El partido fue duro, emocionante y brillante. En el tobogán de diferencias a favor y en contra casi siempre salieron beneficiados los visitantes, salvo en la definitiva, la que de verdad valía. El Fuenlabrada mantuvo sus opciones gracias al acierto anotador del estadounidense Brad Oleson y una defensa, que salvo en el rechace, fue más que correcta. Con el base letón Janis Blums enfrentado directamente a su compatriota y director de juego titular de los locales y de su selección Kristaps Valters, el motor ofensivo de los Txus Vidorreta parecía gripado, pero el duelo entre Javier Salgado y el capitán del Fuenlabrada Ferrán López los vascos fueron favorecidos.

En el tercer cuarto el luminoso sí reflejó lo que ocurrió en el parqué. Agotadas momentáneamente las reservas físicas de Oleson, el equipo madrileño veía el aro demasiado pequeño, mientras su adversario aprovechaba la inercia hasta acabar el parcial con una apreciable ventaja (57-65). Aún más, al comienzo del último período, un triple del alero croata Drago Pasalic, parecía sentenciar el partido, pero no ocurrió asi, porque el Fuenlabrada, pese a la importante baja de Saúl Blanco, no se rindió y a base de forzar pérdidas de balón con una defensa temeraria y al acierto de Oleson y Valters desde más allá de la línea de 6,25 metros, así como al poderío de Antonio Bueno dentro de la zona, remontó el encuentro de forma agónica.

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