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LIGA | SEVILLA 1 - OSASUNA 1

El Sevilla se instala en la desgana

Pandiani, en el último minuto, hace pagar al conjunto andaluz su falta de ambición

Tras la vuelta de las vacaciones de Navidad, el Sevilla demostró ayer que aún está digiriendo los turrones y que sigue sin encontrar un ritmo con el que sentirse cómodo. Ante Osasuna, cenicienta de la Liga, no supo reflejar en juego la distancia que se observa en la clasificación. Ni el gol de Navas azuzó las ganas de victoria del conjunto de Manolo Jiménez, al que Pandiani hizo cumplir su penitencia en el último suspiro, tras marcar el empate.

Manolo Jiménez cumplía ayer el partido de sanción por la tarjeta roja que le mostraron en el último partido del año, ante el Mallorca. En el palco, móvil en mano, sentado al lado del director deportivo, Ramón Rodríguez Monchi, y con una visión privilegiada, el técnico del Sevilla daba incesantemente órdenes para que se las trasladaran a Jesús Calderón, el segundo entrenador, que dirigía al equipo. El Sevilla daba la sensación de que seguía aún de vacaciones, lento como discurría su juego, a la espera de que alguna oportunidad cayera del cielo. Porque de crear ocasiones, se había olvidado. Sin un arquitecto en el círculo central, Jiménez dio la manija a Romaric y Duscher. Los dos medios se esforzaron en recuperar balones, pero una vez con él en los pies, eran incapaces de organizar el ataque. Tampoco es que Osasuna se lo pusiera fácil. El cuadro de José Antonio Camacho se despojó de sus complejos y presionó desde el primer minuto a la zaga sevillista, ayer con Fernando Navarro en el lateral derecho y Dragutinovic en el izquierdo. Sin embargo, el atosigamiento de poco le sirvió al farolillo rojo de la Liga.

FICHA DEL PARTIDO

1 - Sevilla FC: Palop; Fernando Navarro, Escudé, Squillaci, Dragutinovic (Crespo, m.81); Duscher (Fazio, m.68), Romaric, Renato; Jesús Navas, Kanouté y Adriano (Diego Capel, m.63).

1 - At. Osasuna: Roberto; F. Flano, Sergio, M. Flaño, Monreal; Vadocz, Neokounam; Azpilizcueta (Masoud, m.74), Héctor Font (Pandiani, m.62), Plasil, y Kike Sola (Portillo, m.45).

Goles: 1-0: m.50, Navas. 1-1: m.89, Pandiani.

Árbitro: Carlos Delgado Ferreiro (c.vasco). Mostró tarjeta amarilla a J. Flaño (m.13), Duscher (m.14), Escudé (m.33), Palop (m.45), Azpilizcueta (m.56), Dragutinovic (m.65), Masoud (m.82)

Incidencias: Partido disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante unos 30.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.

Osasuna se contagió de la pasividad del Sevilla. Sus transiciones se embarrancaban en el centro del campo. Ni Nekounam ni Vadócz ni Héctor Font hilaban el peligro. Sólo Kike Sola, que acabó sustituido por Portillo al borde del descanso, trataba de sacar petróleo del páramo en el que se movía. Sin éxito. A Osasuna le falta un devorador del área. Las contadas ocasiones en las que llegó a la cueva de Palop quedaron en agua de borrajas.

El Sevilla escaseaba también en el área de Roberto. Y cuando lo hacía, era gracias a la insistencia por las bandas, con las carreras de Adriano y el picante de Jesús Navas. Los únicos que imprimían algo de ritmo a un Sevilla con menos movimiento que una estatua de mármol. Algo que sufrió Kanouté, que tuvo que batirse solo con Miguel Flaño y Sergio, los centrales rojillos.Tuvo que ser la tenacidad de Navas la que despertara al Sevilla de su apatía. El extremo amortiguó con el pecho un centro de Renato. Lo dejó caer en su bota derecha y empalmó el cuero para colarlo cerca del poste, donde no llegó Roberto.

El Sevilla encaminaba el partido hacia la victoria, pero su juego varió más bien poco. Por no decir nada. El cambio de cromos que propuso Jiménez (Adriano por Capel y Duscher por Fazio) dejó el mismo esquema inicial. Y la misma actitud. La ausencia de hambre de gol la pagó cara el Sevilla. Y Osasuna hizo evidente que los partidos duran 90 minutos. Justo en el límite del tiempo, Masoud, un revulsivo en el cuarto de hora que estuvo sobre el césped, soltó un latigazo que desvió Pandiani hacia la red, para sorpresa de Palop. La alegría de Camacho contrastaba con la cara lánguida que se le quedó a Jiménez en el palco. El punto retrató la escasez de ideas y el juego limitado que hubo ayer en el Sánchez Pizjuán. A Osasuna de poco le sirve para salir del atolladero. Y el Sevilla cayó ayer en la cuenta de que más le vale desplegar todo su arsenal si quiere continuar en la zona noble de la tabla.

Azpilicueta intenta controlar el balón ante el acoso de Dragutinovic.
Azpilicueta intenta controlar el balón ante el acoso de Dragutinovic.EFE

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