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Una moto perfecta

La tercera pole de Rossi, séptima de Yamaha este curso, ratifica la superioridad de la marca de los diapasones en MotoGP

Uno de los retos más trascendentes en la historia del motociclismo es el cambio que hizo Valentino Rossi en 2004, cuando pasó de Honda a Yamaha. Con esta maniobra, el italiano también invirtió la tendencia de los últimos años, en los que la marca del ala dorada había dominado el Mundial de MotoGP (antes quinientos). Hasta ese momento, cualquier piloto querría estar al mando de una Honda, porque era la máquina más perfecta de la parrilla, la más rápida y la más equilibrada. Cuando Il Dottore aterrizó en Yamaha se dejó la piel en mejorar un aparato que tenía muchas carencias. A base de echarle horas y gracias a su habilidad, Rossi y su equipo consiguieron que la Yamaha estuviera a la altura del prototipo de la competencia, por más que la puesta a punto fuera un calvario a la hora de adaptarla a cada circuito. A su vez, la Honda tenía una muy buena base que facilitaba mucho el trabajo a los mecánicos, que solo tenían que cambiar unos parámetros ya establecidos para que la moto fuera veloz en cualquier escenario.

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Cinco años y una reducción de cilindrada después de aquello (las motos pasaron de 990cc a 800 en 2007), los papeles se han intercambiado en el Mundial, y mientras que las Yamaha son los caramelitos más deseados, los pilotos de Honda las pasan canutas cada vez que cambian de pista. Hay estadísticas que actúan como un espejo. En lo que va de temporada, los dos pilotos oficiales de Yamaha (Rossi y Lorenzo) ya acumulan tres dobletes (Japón, Cataluña y Assen), mientras que la última vez que lo consiguieron los de Honda fue en el Gran Premio de China de 2006, el día que Dani Pedrosa consiguió su primer triunfo en MotoGP. Además, Rossi y Lorenzo han coincidido en el podio en 11 de las últimas 26 carreras (la última temporada y media), arrancando ambos desde la primera línea de la parrilla en 10 ocasiones. En ese mismo tiempo, los dos corredores oficiales de Honda (Pedrosa y Hayden (2008) y Dovizioso) sólo se han subido al podio conjuntamente una vez, en el Gran Premio de Cataluña de la temporada pasada, y nunca han salido juntos desde la primera fila.

"La Yamaha es una moto muy fácil de pilotar en todas las pistas, por eso estoy encantado con ella", afirma Lorenzo. Ramon Forcada es ahora su jefe de mecánicos, pero se ha pasado muchos años trabajando para Honda Racing Corporation (HRC). "Lo bueno que tiene la Yamaha es que es muy equilibrada, no es nada radical, y va bien en circuitos rápidos y también en los lentos. Su horquilla de posibilidades es muy ancha", explica Forcada. Y añade: "En Montmeló (Rossi y Lorenzo terminaron primero y segundo, respectivamente), las motos de Valentino y Jorge tuvieron un rendimiento parecido, aunque la puesta a punto de cada uno era muy distinta". Para Álex Crivillé, campeón del mundo de 500cc en 1999, la clave la tiene Il Dottore. "Rossi ha convertido esta moto en la referencia de la parrilla, esa es la diferencia. Las otras marcas no tienen a nadie como él que marque el camino", considera el único español que hasta la fecha ha sido capaz de ganar el título de las motos pesadas.

La preponderancia de la mecánica Yamaha se ha confirmado en el circuito de Sachsenring (Alemania), donde Rossi se ha apuntado su tercera pole position de la temporada, por delante de Lorenzo y de Stoner, mientras que mañana Pedrosa arrancará octavo. Con las cuatro pole que acumula el mallorquín este curso, a Yamaha solo se le han escapado dos; las que consiguieron Stoner en Qatar y Pedrosa en Le Mans.

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