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VALLADOLID 1 - ZARAGOZA 1

El Valladolid es incapaz de ganar

Los de Onésimo dejan escapar un punto contra el Zaragoza, que jugó 30 minutos con diez

El Valladolid se hunde , poco a poco, pero sin remedio. Ni el cambio de entrenador, las ideas nuevas de Onésimo, nada es capaz de cambiar una tendencia que se inició hace ya mucho tiempo, casi un año, un tiempo en el que solo ha sumado tres victorias en Zorrilla. Esta tarde lo tuvo casi todo de cara, una expulsión con media hora de fútbol por delante, un portero que era un flan cada vez que el balón volaba sobre su área, Diego Costa con cuota extra de motivación. Pero el Valladolid es incapaz de ganarle a nadie. El Zaragoza se encontró con un empate, con otro punto que anotar en su trabajosa mejoría y contra un rival directo.

Los cambios de Onésimo le dieron al Valladolid una apariencia distinta. Medunjanin al mando del cuero, Borja a la derecha, Manucho y Costa juntos por vez primera para averiguar si es cierto eso de que los delanteros cazan mejor en pareja. El balón circulaba bien, con peligro. Sesma tuvo la primera, Del Horno la segunda y a la tercera Carrizo no atrapó un balonazo y Costa lo cabeceó a la red. El Zaragoza sólo encontraba soluciones en atrancar el juego a base de patadas. Pero el Valladolid es un equipo enfermo, inseguro y de moral quebradiza y a la primera que se vio contra las cuerdas entregó el control al rival.

VALLADOLID 1 -ZARAGOZA 1

Real Valladolid: Justo Villar, Pedro López (Barragán, min. 68), Arzo, Baraja, Del Horno; Borja, Pelé, Medunjanin; Manucho, Sesma (Keko, min. 62) y Diego Costa (Bueno, min. 67).

Real Zaragoza: Carrizo (Diogo, min. 25, Babic, min. 78); Pulido, Jarosik, Contini, Ponzio; Arizmendi (Edmilson, min. 67) Gabi, Ander Herrera, Eliseu; Lafita y Suazo.

Goles: 1-0: Min. 22, Costa. 1-1: Min. 39, Suazo.

Árbitro: Fernández Borbalán (c. andaluz). Amonestó a Pelé, Arzo, Borja, Del Horno, Jarosik, Contini, Diogo y Suazo. Roja a Ander Herrera (min. 65).

Incidencias: Estadio José Zorrilla. 15.700 espectadores.

Suazo encontró un pasillo, vio cómo los defensas miraban pero no intervenían y cuando el área se acercaba soltó un punterazo a la escuadra de Villar. El empate desmontó el guión de Onésimo, Medunjanin despareció y todo quedó en manos de Diego Costa, que terminó hecho un cromo tras las patadas de la defensa maña. Sacó, eso si, la expulsión de Herrera, pero se fue al banquillo con el brazo en cabestrillo y la rodilla tocada y dejó a los suyos desnortados, tanto que desde ahí y hasta el final solo un disparo de Manucho avisó de que el Valladolid podía ganar el partido. Lo demás fue un trabajo defensivo facilón para que el Zaragoza salvase su punto y su posición fuera del descenso.

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