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Campanada en Madrid

El Bizkaia firma su mejor partido y doblega al equipo de Messina

Luchaba en los días previos Katsikaris para evitar que sus muchachos se complacieran con la autoderrota. Habrá que convenir que el técnico griego tiene poder de convicción porque el Bizkaia, de su mano, ha recuperado buena parte de la autoestima y la entrega que le había otorgado Vidorreta para llevarle arriba en estos años. Jugaba bien en Europa y ahora comenzaba a mejorar en la Liga, en espera de la Copa, pero le faltaba un salto de calidad, una campanada para volver a intimidar a sus rivales en la misma medida que agradecía haberse conocido. Y la campanada la dio en Madrid, ante un rival balcanizado con técnico de lujo y presupuesto acorde al estilo florentinista.

No ganó por casualidad, por una acción aislada, por un momento de inspiración, esas circunstancias que a veces deciden los partidos. Ganó jugando bien de principio a fin, sin permitir jamás que el Madrid se le fuera en el marcador y asestando su principal golpe en el tercer cuarto cuando le endosó un 13-26 que le ponía nueve puntos por delante a falta de 10 minutos. Hasta 15 puntos de ventaja llegaron a tener los hombres de negro, dirigidos por un Javi Salgado magistral, en pleno estado de gracia, que sacó de quicio a Prigioni, y que estuvo bien acompañado por el ex madridista Hervelle, hipermotivado y otorgando una confianza permanente a sus compañeros.

REAL MADRID, 80; BILBAO, 87

Madrid: Tomic (6), Jaric (8), Velickovic (2), Llull (21) y Kaukenas (4); Lavrinovic (6), Reyes (9), Prigioni (7), Garbajosa (10), Bullock (7) y Vidal.

Bilbao: Warren (13), Moiso (8), Rodríguez (2), Mumbrú (9) y Hervelle (16); Vázquez (3), Seibutis, Markota, Banic (10), Salgado (19) y Blums (7).

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Tampoco tuvo nunca el partido ganado el Bizkaia, lo que exigió una prueba de concentración hasta prácticamente los últimos segundos del encuentro. La constancia del Madrid fue limando la desventaja con una presión brutal sobre Salgado de la que casi siempre supo salir. Llull era el revulsivo madridista, pero la compañía fue escasa. Sólo Garbajosa alcanzó dos dígitos en su estadística anotadora. Defensivamente, el Madrid parecía asfixiante, pero bajo el aro la pelea de Banic, Hervelle y Moiso le confería suficiente ventaja como para ir limando la autoestima del Madrid una vez que el Bizkaia se adelantó en el marcador. Sin duda es otro equipo aunque le quedan aún muchos retos por delante tras el estruendoso sonido de la campanada.

Javi Salgado disputa el balón con el base del Madrid Prigioni.
Javi Salgado disputa el balón con el base del Madrid Prigioni.EFE

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