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El baloncesto y las chicas guapas

Cuando vivía en Los Ángeles, conocí a una actriz hermosa. Le pregunté si quería cenar conmigo y aceptó. Al final, salimos en más ocasiones y, en una de ellas, conoció a mi tía y a mi tío. Pero había un problema. Yo no le gustaba demasiado a la actriz. Y yo tenía muchas, muchas ganas de gustarle; era alta, lista y tenía una risa bonita. Lógicamente, yo quería gustarle. Después de todo, soy un hombre. Seguimos viéndonos, probablemente porque ella se aburría y porque yo puedo ser divertido cuando salgo con una chica. Pero nuestra relación nunca progresó. Faltaba algo.

Dentro de poco, los Lakers de Los Ángeles despacharán metódicamente a los Suns de Phoenix en la final de la Conferencia Oeste, a pesar de que mucha gente no quiere que suceda. Queremos -yo el primero- que esos valientes advenedizos de los Suns demuestren que son un digno rival. Cuando analizamos los emparejamientos, pensamos: "Nash está jugando bien y Stoudemire también. Además, el banquillo está funcionando. Todo lo que tienen que hacer es frenar a Kobe Bryant".

Antes, pensaba algo parecido sobre la actriz. Sobre el papel, éramos una pareja estupenda: los dos procedíamos de una ciudad pequeña, nos gustaba la misma música y las mismas películas, los dos teníamos un humor escatológico y ambos éramos extraños en una ciudad extraña. Pero de la misma forma en que la realidad de unas personalidades que no encajan o de unas feromonas incompatibles arruinaron nuestra relación teórica, Lamar Odom, Andrew Bynum y Pau Gasol arruinarán probablemente las posibilidades teóricas de los Suns. A pesar de la imagen de buenas personas que tienen los Suns, probablemente perderán la serie contra los Lakers. Por desgracia, al mundo cruel en el que vivimos no le importan mucho "las buenas personas".

El eslabón que faltaba fue demasiado para la relación entre la actriz y yo. Y el tamaño de los Lakers será demasiado para la débil defensa interior de los Suns. Creo. La pega que tienen el deporte y el amor es que nunca se sabe. Si yo me hubiese quedado en Los Ángeles y ella hubiese puesto su vida en orden, y yo hubiese experimentado un cambio perfecto de personalidad en el momento adecuado, podría haber funcionado.

Los Suns podrían seguir en racha; Jason Richardson, Jared Dudley y Channing Frye son capaces de catapultar al equipo a la Final de la NBA. Los Lakers podrían venirse abajo; Pau Gasol debe de estar harto de que Kobe Bryant lance miradas asesinas al público después de que un compañero de equipo falle un tiro. Seguro que está listo para romper la mandíbula de Bryant con un gancho de derecha. Los "es posible", los "podría", los "quizá"... Esas son las razones por las que vemos deporte en primer lugar. Y esas son también las razones por las que llevamos a las chicas guapas a los restaurantes de Melrose. Porque, con el baloncesto y las chicas guapas, nunca se sabe.

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