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Sudáfrica 2010 | Alemania - Australia

Bob Marley espera a España

"Si hasta Bob Marley jugaba al fútbol", gritó uno de los seguidores del fallecido cantante jamaicano después de entonar una vez más el No woman no cry, ayer por la mañana, en el paseo que recorre las playas de Durban.

El más universal de los deportes concentró a una multitud risueña, festiva, con ganas de pasear, bañarse y hacer surf en torno a la excusa de la llegada de la Copa del Mundo a Durban, una ciudad turística arrullada por las aguas del océano Índico y con clima subtropical: unos 25 grados hizo ayer durante todo el día.

El bochorno se prolongó incluso hasta la noche, cuando las selecciones de Alemania y Australia se enfrentaron en el estadio Moses Mabhida, con capacidad para 70.000 espectadores y erigido precisamente a muy pocos metros de la playa con un diseño inspirado en la bandera nacional. Además, está conectado por un teleférico desde el terreno de juego hasta la cúpula, situada a 106 metros del suelo.

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Con eso se encontrará España, que juega en Durban el miércoles a las cuatro de la tarde frente a Suiza. Será el debut en el Mundial del grupo de Vicente del Bosque. Y ocurrirá en una ciudad que, durante el periodo de la segregación racial, reservó sus espléndidas playas solo a los blancos.

Ahora ya no, afortunadamente. Negros, mestizos, indios y, cómo no, muchos alemanes y australianos -llegaron en masa para el partido- disfrutaron de las maravillosas vistas.

La gente joven se bañaba vestida en el mar y los artistas de la arena construían leones y cocodrilos de un naturalismo amenazante.

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