La penúltima travesura de Pedrito
Del Bosque decidió jugársela con el extremo del Barcelona y este se asoció y se movió tanto que volvió loca a la defensa alemana
Se le acabó el saldo a Fernando Torres (titular en los primeros cinco partidos del Mundial), así que Vicente Del Bosque se la jugó con Pedro, ese que ayer escribió la última página de su gloriosa temporada. Fue el último en llegar Pedro. Y se quedó con el único dorsal que le dejaron; el número 2. Ayer jugó con el 18, porque Raúl Albiol se lo cambió en Las Rozas, en los primeros días de concentración, antes de marcharse a Austria. De aquello hace ya casi un mes y medio...
¡Y cómo jugo el niño de Abades! Protagonista en los cuatro títulos del Barcelona (Supercopa de Europa, de España, Mundial de clubes y Liga), anoche en Durban disputó una semifinal del Mundial con un partido enorme, llenando el campo con su diminuta pero dinámica presencia.
Tan listo como humilde, Pedro, el niño de Abades, corrió con balón y sin balón; cuando tocó la pelota, siempre hizo daño. Obediente, se quedó a cerrar con Busquets en los saques de esquina de La Roja y presionó convencido todos los intentos de circulación de balón que trataron de realizar los alemanes en la primera fase de creación. Pedro siempre incordió a los alemanes, que le vieron aparecer por todos los sitios y nunca pudieron tomarle la matrícula. Encaró por la derecha, lo hizo por la izquierda y, sobre todo, jugó por dentro, entre líneas, en tierra de nadie, a la espalda de Khedira y Schweinsteiger. Allí le encontraron siempre Xabi Alonso, Busquets y especialmente Xavi, que se topó con él anoche como no lo hizo con nadie durante todo el Mundial. Tan descarado que le discutió incluso los balones aéreos a Mertesacker (y eso que el central alemán le saca fácilmente un palmo) Pedro le buscó siempre las cosquillas a la zaga teutona, ya fuera con un regate o con un desmarque.
Nada le viene grande a Pedro en un año insuperable, que ha protagonizado de principio a fin desde que en San Mamés marcó el gol de la victoria en la ida de la Supercopa o ayer cuando fue el jugador que más problemas creó a la defensa alemana. En el minuto 80 se hizo un pequeño lío y se tropezó en una contra. Quería marcar. Y no vio a Torres que estaba solo. El delantero del Liverpool, que acababa de entrar se lo reprochó. "Era una jugada clave, quizás para cerrar el partido y es una lástima, he pecado un poco de exceso de confianza, tenía todo de cara para marcar el gol y tampoco he visto a Fernando, que estaba al lado solo", comentó Pedro al final del partido. Antes, cuando Del Bosque le sustituyó se acercó a Torres para pedirle perdón.
"Lo ha visto claro, a veces recorta así. No pasa nada, ha hecho un gran partido", le justificó Xavi. Después de su penúltima travesura Pedrito, como siempre, tocó el césped y se santiguó. La grada coreaba su nombre y de pie en el banquillo, Del Bosque no pudo por menos que aplaudir.