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Navas rescata al Sevilla

El cuadro andaluz corta ante un Osasuna ineficaz una racha de cinco derrotas

Respiró el Sevilla, asistido por Navas y Kanouté, para ganar a Osasuna y poner fin así a una negativa racha de cinco derrotas consecutivas. Esbozó, además, el equipo andaluz, una tímida recuperación, solo tímida, pues muchos fueron los apuros para obtener el triunfo final. Pasito a pasito, el Sevilla debe mejorar, pero todavía le queda mucho para conseguir el objetivo de la clasificación para la Liga de Campeones. Con Navas, sin duda, y el oficio de Kanouté, todo será más fácil.

Anda el sevillismo tan deprimido, tan necesitado de alegría, que el solo anuncio de la alineación titular de Jesús Navas impregnó Nervión de una aureola festiva. El campeón del mundo regresaba al equipo inicial después de tres meses y medio de lesión, y su vuelta se tradujo en una salida en tromba del Sevilla con tres ocasiones clarísimas de gol que tuvieron su génesis en tres internadas del extremo internacional. Siempre ayudado por Kanouté, Navas mostró muy pronto su altura para regocijo del público y de un entrenador, Gregorio Manzano, que continuó con su particular danza en cada alineación, ahora dejando en el banquillo a Martín Cáceres y Luis Fabiano.

SEVILLA 1 - OSASUNA 0

Sevilla: Palop; Dabo, Escudé, Alexis, Fernando Navarro (Martín Cáceres, m.86); Zokora, Romaric; Jesús Navas (Alfaro, m.88), Kanouté, Capel; Negredo (Renato, m.74).

Osasuna: Ricardo; Nelson, Sergio, Miguel Flaño, Oier; Puñal, Vadocz; Juanfran, Soriano (Kike Sola, m.66), Damiá (Calleja, m.71); y Aranda (Lekic, m.85).

Gol: 1-0. minuto 36. Kanouté.

Árbitro: Alfonso Álvarez Izquierdo (c.catalán). Mostró tarjeta amarilla a Zokora (m.32), Soriano (m.32), Vadocz (m.58), Oier (m,60), Puñal (m.65), Nelson (m.84).

Unos 35.000 espectadores en el Ramón Sánchez Pizjuán.

Mostraba el partido a un Sevilla con ganas, articulado en torno a una pareja, Navas-Kanouté, que acabó decantando el partido en el minuto 35. Había remitido el acoso local gracias a las certeras intervenciones de Ricardo, pero la zaga de Osasuna, machacado por las bajas y con un perfil más que discreto, se quebró ante un portentoso salto de Kanouté.

El delantero remató a gol un preciso pase de Navas, ahora a balón parado. A diferencia de otros partidos, en los que el Sevilla asistió a un enloquecimiento de los encuentros de los que salió escaldado, el cuadro de Manzano prefirió enfriar el juego. Ayudaba en esta faceta Osasuna, un equipo sin alma fuera del abrigo que le proporciona el Reyno de Navarra. Tan fiero en su estadio, llama la atención la debilidad con la que se despacha lejos de Pamplona, donde Camacho no duda en alinear a dos laterales en banda izquierda, caso de Oier y Damià.

Cómodo con el desarrollo del partido, el Sevilla no se vio ante la necesidad de matarlo porque Osasuna apenas inquietaba. Manzano también lo vio claro y, consciente de la importancia del triunfo, sacó del campo al inoperante Negredo para fortalecer la medular con la presencia de Renato. Ni las medidas tomadas desde el banquillo ni la inoperancia de Osasuna pudieron evitar la ansiedad en el Sevilla. Palop salió decidido ante una internada de Sola y el conjunto navarro, solo a base de empuje, puso en apuros a un rival sobre el que pesaba la racha de cinco derrotas seguidas en la Liga.

Kanouté y Flaño disputan un balón aéreo.
Kanouté y Flaño disputan un balón aéreo.EFE
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