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El triunfo de Valero Rivera con España

Tras el batacazo en el Mundial de Croacia de 2009, el ténico consigue su primera medalla con la selección

Se dice que cuando el seleccionador nacional de balonmano, Valero Rivera (Zaragoza, 1952), era estudiante en el Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña, sacaba buenas notas en todo excepto en algunas materias, que se le resistían. Todas ellas tenían algo en común: estaban relacionadas con el balonmano. Más de treinta años después, su trayectoria en ese deporte quita la razón a quienes se resistieron a ponerle buenas calificaciones. Como entrenador, ha conseguido seis Copas de Europa, cinco Recopas, una copa EHF, dos Supercopas de Europa, doce Ligas, ocho Copas del Rey y ocho Supercopas de España, todo con el Barcelona. Ahora añade a ese palmarés un bronce en un Mundial.

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Hasta ahora, todos los éxitos los había conseguido Valero como entrenador azulgrana. Entró en el Barça como jugador en 1966, cuando solo tenía 14 años y jugó en el equipo, del que llegó a ser capitán, durante 11 temporadas. Ganó ocho títulos.

El retiro como jugador no consiguió separarle del equipo de su vida. A la vez que dejaba de ser jugador de balonmano, el presidente del club, entonces Josep Lluís Núñez, le ofrecía la posibilidad de dirigir al equipo. Valero no lo dudó ni un instante. Lo que comenzó casi como una aventura duró casi 11 años llenos de éxito. Su palmarés lo atestigua.

Del banquillo pasó a los despachos como director general de las secciones profesionales del club. Esa aventura lejos del parquet, su territorio natural, solo duró cuatro meses. "Después de 36 años aquí no quiero vivir con la posibilidad de que se me silbe si las cosas no van bien", dijo entonces, en referencia a los tímidos silbidos que los seguidores de la sección de baloncesto le dedicaron durante un partido. "No me considero un trabajador normal. Si fuese en otro club, quizá sí que seguiría, pero en el Barcelona no", subrayó. "Ahora pueden ser veinte o treinta, pero quién sabe si dentro de un tiempo serán 200 o 300 las personas que me critican".

Valero pasó después por el CAI Aragón y formó una empresa de asesoramiento de jugadores, hasta que en 2008 fue nombrado seleccionador nacional. Valero volvía a sentarse en un banquillo.

Sus inicios con España, sin embargo, no fueron fáciles. El anterior seleccionador, el vallisoletano Juan Carlos Pastor, le había dejado el listón muy alto tras ganar el Mundial de 2005, la plata del Europeo de 2006 y el bronce en los Juegos Olímpicos de 2008. En el primer gran campeonato que Valero dirigió a la selección se estrelló: acabaron decimoterceros en el Mundial de Croacia 2009. Las dudas no tardaron en saltar, pues aquello era un fracaso demasiado grande para un técnico habituado a las grandes victorias.

En el Campeonato de Europa de Austria, en 2010, el juego de la selección mejoró, y acabaron sextos. El Mundial de Suecia se presentaba como un campeonato clave para Valero y para el balonmano español. Con los clubes de la Asobal en una mala situación económica, un nuevo fracaso podría hundir este deporte. España comenzó con dudas, pero fue a más a medida que avanzaba el campeonato hasta conseguir el bronce. Un éxito importante para el balonmano nacional. El enésimo de Valero, aquel chaval al que se le resistían las asignaturas relacionadas con el balonmano.

Valero Rivera se abraza a Roberto garcía Parrondo al término del choque frente a Suecia.
Valero Rivera se abraza a Roberto garcía Parrondo al término del choque frente a Suecia.AFP

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