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Fiesta y masaje en Chamartín

El Real Madrid, que hizo rotaciones, arrolla por juego e intensidad a una Real Sociedad muy tierna en la defensa - Con Özil de guía, de nuevo golea Cristiano y Adebayor deja huellas

Tras un mes agotador, según Mourinho, el Madrid tuvo una sesión de fiesta y masaj e. Se la concedió la Real Sociedad, un equipo tierno que entregó la cuchara desde el calentamiento, lastrado por un sistema defensivo de plastilina. Una gozada para el Madrid, que hizo lo que quiso. Le bastó jugar con el turbo que acostumbra frente a un adversario en triciclo. Del paseíllo donostiarra se beneficiaron todos. Exprimida la veta de la Copa, una fijación para Mourinho , que en un torneo así se ve más cerca del Barça, el portugués movió las teclas. En el banquillo descansaron Khedira, Albiol y Di María -lo de Benzema no está tan claro-. Sobre el césped, una fiesta para el recién llegado Adebayor, el recuperado Kaká y el rescatado Garay. Hasta Canales tuvo un capítulo final. Y, cómo no, Cristiano Ronaldo, otra vez con puntería y autor de un repertorio magnífico con tacos, espaldarazos, un golazo con la zurda y otro de un atronador remate de cabeza. CR, en estado puro. Un espectáculo incluso para los defensas realistas.

REAL MADRID 4 - REAL SOCIEDAD 1

Real Madrid: Iker Casillas; Arbeloa, Garay, Carvalho (Albiol, m.70), Marcelo; Lass, Xabi Alonso; Kaká (Di María, m.60), Özil (Canales, m.84), Cristiano Ronaldo; y Adebayor.

Real Sociedad: Bravo; Estrada, Ansotegi, Labaka, Mikel González; Xabi Prieto, Diego Rivas (Markel, 65), Elustondo, Zurutuza, Griezmann (Sarpong, m.65); y Raúl Tamudo (Agirretxe, m.84).

Goles: 1-0, m.8: Kaká. 2-0, m.20: Cristiano Ronaldo. 3-0, m.42: Cristiano Ronaldo. 3-1, m.72: Arbeloa en propia puerta. 4-1, m.89: Adebayor.

Árbitro: Ramírez Domínguez (comité andaluz). Amonestó a Xabi Alonso (56) y Albiol (81) por el Real Madrid, y a Xabi Prieto (10), Diego Rivas (27) y Estrada (87) por la Real Sociedad.

Incidencias: encuentro correspondiente a la jornada 22 de Primera División disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 76.000 espectadores. Los jugadores del Real Madrid mostraron brazaletes negros por el fallecimiento de Antonio Mezquita, que trabajó con la cantera de 1982 a 1999.

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Elustondo fue el primero en retratar la distensión defensiva del equipo de Martín Lasarte. El chico respondió a un centro de Arbeloa con un despeje blandito. Kaká se anticipó a Rivas e hizo un agujero a Bravo con un disparo seco con la zurda. Al instante pudo engancharse al partido la Real, que puja en ataque lo que subasta en defensa. Casillas calculó mal y Tamudo se hizo un nudo con todo a favor. Al filo del descanso, Casillas fue Casillas y frustró al ex capitán del Espanyol con una excelente intervención tras un remate a bocajarro del catalán. Lo mismo que en el tanto visitante, de nuevo con Tamudo, una secuela de aquel pícaro ariete que hizo un carrerón con los pericos, cara a cara con el portero madridista. Demasiado Casillas para este Tamudo por mucho que el despeje del internacional rebotara en Arbeloa y llevara, mansa, la pelota a la red.

Antes del protagonismo de Casillas, el Madrid ya estaba muchos cuerpos por delante de su rival. Con un Cristiano voraz , un prometedor inicio de partido de Kaká y las constantes picaduras de Özil, el grupo de Mourinho se concedió todos los antojos. Se desplegó con la intensidad habitual. No hizo concesión alguna. El equipo juega con el gas a tope y tiene en Özil a un guía fluido. El alemán es capaz de poner el lazo a todos y ya no tiene las intermitencias del inicio del curso. Con Özil al piano, cada despegue de su batallón de delanteros era un suplicio para la defensa realista, mal enhebrada, torpe en los rechaces, sin intendencia alguna y con una permisividad colectiva extraordinaria. El Madrid también encontró a Adebayor, efectivo para fijar a los centrales y siempre dispuesto a ser la diana de sus compañeros. No es un piernas como podría delatar su talla de pívot. Tiene una zancada muy poderosa y es un futbolista muy coordinado, como demostró en el gol que cerró el choque, un toque preciso y ajustado a la red. Una semana, dos goles. También lo ha hecho Benzema en alguna ocasión. Habrá que ver a quién bendice Mou.

Hasta el broche de Adebayor fue Cristiano quien puso la marcha al partido. En pleno asalto madridista, mediado el primer acto, CR, para el que cuatro partidos sin marcar es insoportable, cargó la pierna izquierda en el balcón del área. Antes, asustó con un amago a Elustondo, que se venció muy fácilmente y se fue al suelo. El violento remate del luso resultó imposible para Bravo, con un tendal de defensas por el suelo. Los mismos que asistieron contemplativos al cabezazo del portugués tras un córner lanzado por Özil. Cristiano es un atleta superlativo y tiene muelles en los gemelos. De su cabeza salió un obús. Un cierre estupendo al buen primer tiempo de los madridistas. El segundo periodo tuvo más sosiego, un respiro para la Real, otro tipo de masaje para el Madrid, que reguló más. Según Mourinho, lo necesitaba.

Con el Bernabéu en paz, la hinchada se divirtió y, después de mucho tiempo, prevaleció el fútbol a secas, sin sobresaltos, sin discursos venenosos. Por fin, una fiesta en paz.

Cristiano Ronaldo celebra su segundo gol
Cristiano Ronaldo celebra su segundo golGETTY IMAGES
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