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Henrique no se da por vencido

Cedido por el Barça al Racing por segundo año consecutivo, el central brasileño aspira a salvar la categoría e instalarse en el Camp Nou

El Barcelona pagó 10 millones por él hace casi tres años y todavía no se ha puesto su camiseta en un partido oficial. Hubo quien llegó a insinuar que el fichaje de Henrique Adriano Buss (Marechal, Brasil; 1986) por el club azulgrana rozó la malversación. Txiki Begiristain, el director deportivo que cerró la operación, incluso tuvo que justificarla al despedirse de su cargo. Ajeno a estos debates, este joven zaguero, que en pocos meses pasó de la Segunda División brasileña a debutar con la canarinha y jugar en Europa, lleva tres campañas intentando demostrar que quienes le ficharon no se equivocaban. Primero, en el Bayer Leverkusen, y ahora en el Racing, donde dirige la retaguardia junto a Torrejón. Resulta que Henrique nunca se da por vencido.

Henrique creció en Coritiba, donde su padre encontró trabajo en una empresa de seguridad cuando él tenía tres años. Fueron tiempos difíciles, en los que casi todo el dinero de la familia se invertía en la construcción de una casa en el barrio de Colombo. Allí jugaba al fútbol con sus amigos cada día hasta el anochecer. "También iba dos días a la semana a entrenar a otro sitio, donde me vio el Coritiba, que me llamó para hacer una prueba", cuenta. Entonces solía jugar en la delantera o en la media, pero lo que el Barça fichó años después fue un central, rápido y con muy buen golpeo en largo, según los técnicos que le han entrenado en España.

El zaguero culminó con su salto a Europa una progresión meteórica, que en pocos meses le llevó de jugar en Segunda División a ganar el Campeonato Paulista con el Palmeiras y debutar en el Brasileirao y en la selección absoluta. "Tenía un partido contra el Internacional de Porto Alegre y me comentaron que iba a venir alguien del Barça a verlo", explica sobre su fichaje por el club catalán; "jugué muy bien y poco después se cerró todo. Fue una gran satisfacción". Con 21 años, firmó por el equipo "en el que todo el mundo sueña con jugar", que le cedió al Leverkusen para foguearle.

A Henrique, amante de la música brasileña y el fútbol de toque, siempre le gustó bailar con la pelota para sacarla jugada desde atrás. En Alemania, donde le forzaban a guardar la posición, tuvo que aprender a contenerse. En realidad, le costó más adaptarse al clima que al fútbol de la Bundesliga. "Pasé de 30 grados a siete bajo cero", cuenta; "parecía que se te trababan las rodillas al jugar, costaba mucho estirar...". Después, en 2009, llegó su primera oportunidad en Barcelona, pero no consiguió convencer a Guardiola en la pretemporada. "Me dijo que para mí sería muy bueno ir a un equipo con el que poder jugar la Liga. Y yo estaba de acuerdo", señala. Así que puso rumbo a Santander, donde no le ha ido mal. De la mano de Miguel Ángel Portugal, profundizó en el aprendizaje de los conceptos que empezó a adquirir en Alemania. "Mejoró en la intensidad defensiva. En Brasil los centrales tienen más tiempo para controlar, aquí la presión es más intensa y pueden tener problemas", explica el técnico. "Es tremendamente disciplinado a la hora de seguir las pautas que se le marcan", apostilla Marcelino, entrenador que en febrero sustituyó a Portugal en el banquillo racinguista.

Verde todavía para el Camp Nou, Henrique repite este año cesión en el equipo cántabro por petición expresa de Portugal, que habla maravillas de él: "Tiene buen criterio para jugar el balón, anticipación, velocidad y va muy bien por arriba. Puede jugar en un equipo de mayor nivel". En el Barça, de momento, nadie le ha dicho qué planes tienen para él, pero tampoco le preocupa. "Si llega la oportunidad estaré preparado, pero ahora solo pienso en ayudar al Racing". Su actual reto pasa por conservar la categoría, pero de reojo mira a la Copa América. En su país no le pierden la pista y el seleccionador, Mano Menezes, ya le ha llamado en dos ocasiones. En Brasil, la samba es sagrada y Henrique no tiene que contener sus ganas de bailar con el balón.

Henrique trata de detener a Henry en una acción de hace dos temporadas.
Henrique trata de detener a Henry en una acción de hace dos temporadas.AFP

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