_
_
_
_
_

París pesa más que Seve

Francia acogerá la Copa Ryder de 2018 pese a apelar España al homenaje a Ballesteros

El peso de París, su fabuloso campo de Versalles, el embrujo de la Torre Eiffel y el apoyo del presidente Nicolas Sarkozy pesaron más que el homenaje póstumo a Severiano Ballesteros. París acogerá la Copa Ryder de golf, el gran duelo bienal entre Estados Unidos y Europa, en 2018, según ha anunciado esta mañana el comité del torneo, presidido por George O'Grady, director ejecutivo del circuito europeo. Por el camino han quedado las candidaturas de España, que competía con un campo de futura construcción en Tres Cantos, al norte de Madrid, Portugal, Alemania y Holanda.

París era la favorita de las últimas quinielas. Pero una corriente sentimental tras la reciente muerte de Ballesteros había acercado a la sede española al triunfo final. La carta, sin embargo, era un arma de doble filo. "No podemos presionar con ese tema, porque puede volverse en nuestra contra", había dicho Juan José Abaitua, director de la candidatura española, "de todas formas, nuestra opción es muy sólida de por sí, tenemos de todo".

Más información
El último 'birdie' de Seve

Las voces a favor de España, sin embargo, se sucedieron en los últimos días. Baldomero, hermano de Seve, pidió la competición para Madrid tras el funeral del genio de Pedreña. Al día siguiente, Colin Montgomerie y Chema Olazábal coincidieron en que sería un tributo merecido al hombre que cambió para siempre la historia de la competición e infundió el gen ganador en las tropas europeas. También aparecieron las voces disonantes. Thomas Levet, golfista francés, dijo ayer que sería "injusto" haberle dado la Ryder a España solo por la muerte de Seve.

El mayor peso internacional de París se impuso finalmente a cualquier homenaje. El campo de Le Golf National, sede habitual del Open de Francia, con capacidad para acoger a 70.000 espectadores cada día, acogerá la Ryder de 2018. España se queda, pues, con el mismo sabor de la derrota que le ha acompañado en las últimas grandes elecciones deportivas. Después de caer en la lucha por los Juegos Olímpicos 2016 en detrimento de Río, y con la candidatura ibérica por el Mundial de fútbol de 2018 ante Rusia (Catar se llevó además el de 2022), la delegación española se ha marchado esta mañana de Wentworth (Inglaterra) sin la Ryder. Tampoco ayudó que el quinteto que eligió la sede de la competición fuera de mayoría británica (cuatro miembros), un aspecto que podía decantarse a favor de España por el amor a Seve en las islas. No fue así.

La Ryder saldrá de Estados Unidos y de territorio británico por segunda vez en la historia. La primera fue en 1997, en la mágica edición gaditana de Valderrama -seguramente este aspecto también jugó en contra de España, que hubiera repetido sede cuando otros países europeos no se han estrenado-. Seve era entonces, en Valderrama, el capitán que llevó a Europa a la victoria ante Estados Unidos. Ahora París toma el relevo.

Pablo Larrazábal, en el Le Golf National, el campo que acogerá la Ryder en 2018.
Pablo Larrazábal, en el Le Golf National, el campo que acogerá la Ryder en 2018.OLIVIER LABAN-MATTEI (AFP)

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_