Dentellada de Contador

Alberto Contador (Saxo Bank) ha dado una nueva exhibición. Justo cuando el Giro volvía a empinarse. A ocho kilómetros del final en el Grossglockner, ha atacado junto al venezolano José Rujano (Androni), se ha salido con la suya y, finalmente, han llegado a la meta con una considerable diferencia sobre los perseguidores. Con la mente puesta en la victoria final, el de Pinto no ha tenido problema en ceder la victoria de la etapa al latinoamericano. Contador deja a Nibali (Liquigas) a 3m 9s y a Scarponi (Lampre) a 3m 16s.

Era la hora de la verdad, como anticipó Contador. Y ha respondido como siempre. Con el llamado tríptico de los Dolomitas se ha entrado en la fase más decisiva del Giro. Hoy, en la línea de salida de Spilimbergo, empezaba realmente la corsa rosa, según muchos de los corredores, con el arranque de las nueve etapas finales en las que se concentran los mayores retos de la prueba. Esperaban cuatro puertos, el primero de los cuales, situado en el kilómetro 80, daba entrada a Austria, donde esperaba la meta en el temido pico del Grossglockner (2.137 metros de altitud), tras una subida de 12,6 kilómetros con una pendiente media del 6,3% y una máxima de nada menos que el 14%.

El Saxo Bank de Contador ha comenzado dominando la carrera, tirando del pelotón durante muchos kilómetros. Según se acercaba la primera escalada seria, se han empezado a dar varios ataques, que han culminado con una numerosa fuga final -16 ciclistas-, en la que se han colado los españoles Lastras (Movistar), Valls (Geox), Vicioso (Androni) y Losada (Katusha).

A la subida del Iselsbergpass, un puerto de segunda con rampas de hasta un 11% de desnivel, han llegado los escapados con tres minutos y medio de ventaja sobre el pelotón. El Euskaltel, que no ha conseguido meter a ningún corredor entre los fugados, tiraba entonces del grupo mayoritario a través de la llanura tirolesa, para mantener bien colocado a su líder, Igor Anton. Mientras, en el nublado Isensbergpass, Kiserlovski (Astana), se lanzaba a un solitario ataque para despegarse del resto de los fugados, a los que en la bajada ha dejado a casi un minuto.

Superado este puerto, esperaban 20 kilómetros de ligera pendiente ascendente al final de los cuales empezaba el gran ascenso del día, el Grossglockner, con la escalada previa al Kasereck, puerto de primera. Un durísimo último tramo que, además, los ciclistas han tenido que acometer sobre un asfalto mojado. El Euskaltel ha desaparecido poco a poco de una cabeza del pelotón en la que también se podía ver a hombres del Saxo Bank, el Liquigas y el Lampre, equipos de los principales aspirantes a la corsa rosa. Del equipo vasco, solo Mikel Nieve se mantenía arriba, imponiendo un ritmo alto que ha colocado a menos de un minuto de Kiserlovski al grupo, que poco a poco ha empezado a neutralizar a los escapados intercalados.

A 10 kilómetros del final ha atacado el venezolano José Rujano (Androni) y le han seguido todos los favoritos, Contador, Scarponi y Nibali, entre ellos. En ese ataque han acabado finalmente con la aventura de Kiserlovski. Poco después, el de Pinto se ha puesto el primero junto a Rujano, abriendo un pequeño hueco con todos sus rivales cuando todavía faltaban ocho kilómetros. Ambos han avanzado con solidez, relevándose para tirar el uno del otro en los últimos kilómetros. Nada han podido hacer para contrarrestarles los del primer grupo de seguidores, del que solo Anton y Purito Rodríguez se han despegado para intentar darles caza. En los últimos metros, Contador ha renunciado a pelearle la victoria al hombre que ha colaborado con él en la subida. Termina, eso sí, con un nuevo golpe de mano que le deja más líder todavía.