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Ramírez-Hidalgo se mide con su historia

El alicantino ha vuelto a superar, por segunda vez en su carrera y con 33 años, la primera ronda de un 'grande'

Si la sorpresa de hoy fue la derrota del checo Tomas Berdych, número seis del mundo, a manos del francés Stephane Robert (140), ayer fue un español el que dio la campanada en el primer día del Roland Garros. El alicantino Rubén Ramírez-Hidalgo, número 99 del circuito, doblegó al croata Marin Cilic (20) por 7-6, 6-4 y 6-4 después de levantar dos bolas de set en la primera manga. Una sorpresa, no solo por la distancia que separa a los dos en el ranking, sino también por el historial del español, que solo una vez en sus 14 anteriores participaciones en los grandes había conseguido superar la primera ronda.

Nacido en 1978, Ramírez-Hidalgo disputó su primer Grand Slam, el Abierto de Estados Unidos, en 2003, con 25 años. Y al año sucesivo también pisó las superficies de Melbourne, París y Londres. Sin embargo, siempre volvió a casa tras el primer enfrentamiento. Una mala racha que lo alejó de los grandes torneos hasta 2006, cuando alcanzó su mejor resultado hasta la fecha: los octavos de final del Roland Garros. Lo hizo derrotando a su compatriota Ferrer y cayendo frente al croata Ivan Ljubicic, que vivía su mejor año. También lo era para Ramírez-Hidalgo, que alcanzó tras ese Roland Garros el número 50, su mejor ranking. "Cuando estás fuera de los 100 y no entras en los cuadros, entonces la vida es muy difícil, porque te cuesta mucho dinero. Pero ahora no me puedo quejar", dijo durante aquel torneo.

Una explosión tardía que no supo consolidar. Volvió a coleccionar grandes en los que se marchaba el día del estreno (seis consecutivos) hasta que volvió a salir de los círculos que cuentan. En 2008, tuvo una última ocasión para salir del anonimato, en el Masters de Montecarlo. En horas bajas, cuando era el número 137 del mundo, no había ganado en el año ni un partido ATP, había viajado a Montecarlo sin entrenador y accedido al cuadro principal a través de la fase previa, estuvo a punto de eliminar a quien era el número uno de las pistas, nada menos que a Roger Federer. Con una manga cada uno, el alicantino se encontró con un 5-1 a su favor en el último set. No supo aprovecharlo, dos veces se quedó a dos puntos del triunfo y sufrió la remontada del suizo. "Estoy un poco triste", explicó entonces; "me puse nervioso: había mucha gente, era la central (...). Saqué con 30-15 y fallé una derecha fácil. Ahí estaba el partido".

Pese a la decepción y al inexorable paso de la edad, Ramírez-Hidalgo siguió agarrado al tenis profesional; el año pasado volvió a meterse en el top 100 y ayer logró por segunda vez en su carrera sortear el primer turno de un grande con 33 años. Le espera en la segunda ronda su compatriota Albert Montañés. Más que una última oportunidad, la ocasión para medirse con su historia.

Ramíez-Hidalgo celebra su triunfo sobre Cilic, en la primera ronda del Roland Garros.
Ramíez-Hidalgo celebra su triunfo sobre Cilic, en la primera ronda del Roland Garros.THIERRY ROGE (REUTERS)

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