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Lasarte, Bielsa, 'hackers' y compañía

La Real no explica por qué echa a su técnico y los piratas suplantan su web para 'fichar' al argentino

El día fue soleado en San Sebastián pero con nubarrones. La realidad virtual se fijó en la Real Sociedad que no había empezado la mañana con buen pie. Al mediodía, se despedía en Zubieta Martín Lasarte, destituido de forma fulminante y sin explicaciones por parte de los dirigentes del club blanquiazul. Fue una sorpresa, porque Lasarte había conseguido dos objetivos a los que costaría ordenar por méritos: primero, subir a la Real a Primera; después, mantenerla. "Dolido y satisfecho" definió ayer su estado de ánimo el técnico uruguayo. La decisión cogió por sorpresa a propios y extraños, aunque vista la celeridad de los dirigentes blanquiazules, parece que estaba tomada con varias semanas de antelación.

A dos semanas del término de la Liga, solo nueve equipos tenían garantizada la permanencia: los cuatro de la Liga de Campeones, los tres de la Liga Europa, el Espanyol y el Racing. Todos los demás sentían el aliento del descenso en el cogote. La permanencia es un objetivo cada vez más caro, más aún para un equipo como la Real Sociedad que volvía del infierno y que mantenía la misma plantilla de Segunda más los fichajes de Llorente y Tamudo, que se alternaron en la punta del ataque por cuestiones tácticas o físicas, y Demidov, un futbolista desconocido de esos que tanto gusta rebuscar a la Real, con discretos resultados.

No parecía cosa menor lo logrado por Lasarte, que incluso tuvo al equipo holgado, hasta soñando con Europa, más de media Liga. Su momento malo lo vivió en Gijón, ante el Sporting, cuando la sociedad se lo planteó como un ultimátum, tras una racha negativa de resultados. La afición sin embargo estaba de su lado. Lasarte, por su condición de uruguayo y casi vasco, enganchó pronto con la ciudad y con la provincia; su forma de trabajar, de hablar, de implicarse le aseguró una buena relación tanto con el vestuario como con la grada. La victoria contra el Barcelona fue la única explosión de alegría vivida por el público en Anoeta en mucho tiempo.

Todo hacía indicar que la Real había tocado una buena tecla. Pero el piano se desafinó el lunes. Lasarte no quiso que le explicaran los motivos de su destitución "Ya estoy mayorcito para eso", le dijo al presidente Aperribay y al director deportivo, Loren, su valedor hace dos años en el fichaje.

El técnico uruguayo se despidió solo, nadie del club le acompañó en su última conferencia de prensa. Por lo tanto, falta la última palabra, la de los dirigentes realistas, que deberán explicar los motivos de la destitución del técnico con el que volvieron a Primera y el que los deja donde los llevó, no donde los cogió.

Mientras todo eso pasaba, un hacker, dicen, suplantó la página web de la Real y anunció el fichaje del argentino Marcelo Bielsa, una jugarreta que se expandió sobre todo por Sudamérica y cogió por sorpresa al Sevilla, que negocia desde hace tiempo con el exseleccionador chileno y aún espera respuesta. Cuesta creer que los hackers se dediquen a asuntos tan menores y tan poco productivos, pero ocurrió.

Luego, todo silencio. Lasarte se fue con el silencio de los dirigentes y los dirigentes guardan silencio sobre lo ocurrido en la web, sobre sus planes de futuro y sobre los motivos de la destitución. Faltan explicaciones y todo parece bastante inexplicable. Hasta un tanto chusco.

Martín Lasarte se despide de los informadores tras la rueda de prensa.
Martín Lasarte se despide de los informadores tras la rueda de prensa.JESÚS URIARTE

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