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Tiger Woods no levanta cabeza

El estadounidense, que no gana un grande desde hace tres años, se pierde por lesión el Abierto de Estados Unidos

No hay consuelo para Tiger Woods. El castillo que levantó el mejor golfista del mundo, y junto a Jack Nicklaus el mejor de la historia, se derrumba naipe a naipe. Mes a mes. Semana a semana, a veces hasta parece que casi cada día. No cesan las malas noticias para el estadounidense ni por un momento, desde su cartera de negocios hasta el green. Si un día le multan por escupir al green otro sale a la luz su ruptura con la agencia de representación que le acompañaba desde hace 15 años, IMG (por su fidelidad a su propio agente, Mark Steinberg, con el que está desde 1998) y al siguiente se conoce que no jugará el próximo grande, el Abierto de Estados Unidos, en Bethesda, Washington, porque la rodilla izquierda le trae de cabeza. Será la primera vez desde 1994 que el californiano sea baja en este grande que ha conquistado tres veces: 2000, 2002 y 2008.

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La misma lesión le obligó a retirarse a mediados de mayo del Players cuando solo había completado los primeros nueve hoyos de la primera ronda. Los calambres le recorrieron la articulación y El Tigre levantó la bandera blanca de rendición. Era su primer torneo desde el Masters de Augusta. Curiosamente, allí dio síntomas de una recuperación que se ha quedado a medio camino. Durante bastantes hoyos de la jornada segunda y cuarta, Woods fue de nuevo Woods, un competidor hambriento, una fiera en cualquier parte del campo, afilado con el putter. Le faltó regularidad, sin embargo, para mejorar el cuarto puesto final. Aunque parecía que había vuelto por sus fueros. Falsa impresión.

Woods, el número uno mundial no hace tanto, es ahora el 15º, su peor clasificación desde que al poco de comenzar su carrera se alzó con el trono. Su rendimiento ha caído en picado. No gana un grande precisamente desde el Abierto de Estados Unidos de 2008, cuando se impuso, curiosamente también, lesionado a Rocco Mediate en el desempate. Después de aquello se produjo su primer parón tras pasar por el quirófano para ser operado. La segunda larga ausencia vino por sus problemas extramatrimoniales. Y ahora se encuentra de nuevo, a los 35 años, en el dique seco y sin ver la luz al final del túnel. "Estoy muy decepcionado por no poder estar este año en el Abierto de Estados Unidos", ha contado Woods, "pero es el momento de escuchar a mis médicos y centrarse en el futuro. Tenía esperanzas en que podía jugar, pero no me puedo arriesgar. Mi rodilla y tendón de Aquiles no están sanos. Es un año frustrante. Debo pensar en mi salud a largo plazo".

El ganador de 14 grandes no levanta ningún torneo en los últimos 19 meses, desde el Masters australiano de 2009. "Solo espero estar en los dos próximos grandes (el Open Británico, en julio, y el Campeonato de la PGA, en agosto)", se ha conformado Woods.

Tiger Woods.
Tiger Woods.ROBYN BECK (AFP)

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