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Ander Herrera se emancipa

"Sé lo que es la presión", admite el fichaje del Athletic, que siempre estuvo bajo lupa en el Zaragoza porque su padre es el secretario técnico

El pasado 29 de enero, el Athletic puso fin a una especie de obsesión. Limitadas como están sus opciones en el mercado por su política de fichajes, la adquisición de Ander Herrera (Bilbao; 1989), perla de la cantera del Zaragoza, se había convertido en una prioridad antes incluso de que el jugador debutara con el equipo maño en 2009. Apurado por las urgencias económicas -acaba de solicitar el concurso de acreedores-, el conjunto aragonés cedió finalmente a los deseos de los leones y le abrió las puertas a uno de sus jugadores más queridos a cambio de 8,5 millones de euros y 2,25 más por objetivos.

En las dos campañas que lleva en la Primera División, Herrera se ha convertido en uno de los pilares del Zaragoza. A pesar de su corta edad, ha destacado por su gran fortaleza mental. Quienes le conocen apuntan que tiene auténtica madera de líder. "Tiene un gran carácter competitivo. No acusa la presión y es muy positivo", resume José Aurelio Gay, su entrenador hasta finales de 2010. No le falta la garra que La Catedral exige y tampoco el corazón: eligió al Athletic por delante de equipos que le ofrecían retos mayores, como el Villarreal. "No vengo a un equipo cualquiera", sentenció en la sala de prensa de Lezama; "y estoy aquí para asumir responsabilidades". Sabe de lo que habla.

No es poca la presión a la que ha estado sometido en su corta carrera. Desde muy pequeño, ha tenido que lidiar con la sombra de su padre, Pedro Herrera, exjugador y secretario técnico del Zaragoza. "Es una situación anormal en el fútbol", señala Gay; "a su padre le han acusado de muchas cosas injustamente, como de que cerraba paso a otros para dárselo a él. Pero Ander lo ha llevado muy bien, siempre centrado en el juego". Lo mismo opina Paredes: "Sí que pensaba en ello, pero nunca acusó que le miraran con lupa". El propio jugador lo dejó claro en su presentación: "Siempre he tenido esa presión extra". Y lo aclaró a este diario: "No me importa lo que se diga. Sé de qué va el fútbol, un juego lleno de pasión, sentimiento y envidias. Pero la afición del Zaragoza siempre me ha dado tanto cariño como la que más".

Destacable por su visión de juego y capacidad de distribución, Herrera aún tiene que completar su desarrollo físico -aunque lleva dos años con planes específicos en el Zaragoza para fortalecerse- y su pegada (cuatro goles y dos asitencias en dos años en Primera), por más que en la selección española Sub 21 funcione como rematador. Se le ha utilizado principalmente como un trescuartista circunstancial, pero Gay explica que rinde mejor más retrasado. "Se acerca mucho más a lo que es Xavi que a ese mediapunta de asistencia fácil como Valerón", afirma su exentrenador; "es más aprovechable sacando el balón desde atrás, ayudando a los centrales, repartiendo juego a las bandas". Ahora le toca cuajar en el Athletic, tradicionalmente más vertical y de menos elaboración en el juego. Pero se juntará con Muniain e Iraola, futbolistas de buen pie. "Un crack", le define Muniain a través de Twitter. Un auténtico león.

Ander Herrera, en su presentación con el Athletic.
Ander Herrera, en su presentación con el Athletic.ALFREDO ALDAI (EFE)

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