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El descubrimiento de Piterman

Lacen, nuevo fichaje del Getafe, llegó a España de la mano del empresario ucranio, que lo descubrió en Francia mientras intentaba comprar un equipo

En 2004, Dimitri Piterman viajó a Francia. El polémico empresario, que por entonces ya había dejado de ser propietario del Racing, buscaba otro club en el que poder hacer realidad su sueño de ser entrenador de éxito. Se fijó entonces en un pequeño conjunto de la Segunda División gala: el Valence. Finalmente, no pudo hacerse con el control del club, pero uno de los jugadores que se desempeñaban en aquel equipo, Medhi Lacen (París, Francia; 1984), le enamoró. Tal es así que, más tarde, cuando se hizo con el Alavés, no dudó en ficharlo. Aquel desconocido se ha convertido seis años después en un clásico de la Liga: ha jugado en Primera y en Segunda, ha disputado 225 partidos en España y ahora, tras su paso por el Alavés y el Racing, llega libre al Getafe.

Antes de que Piterman se fijara en él, Lacen había destacado en el balompié modesto de Francia. Este parisino con nacionalidad argelina se pasaba los días jugando al fútbol por 1.500 euros mientras acudía siempre que podía a ver los partidos del París Saint Germain. Antes de fichar por el Valence, pasó por el Laval y fue nombrado mejor futbolista de la Segunda División B gala. A menudo recuerda su llegada a España como una pequeña locura: "Fue un caos. En el primer año tuve cinco entrenadores y al siguiente, cuando el Alavés bajó a Segunda, cuatro. No hacía más que preguntarme '¿Dónde estoy?'". Lacen lo pasó mal porque, además, no tenía a nadie en España y no conocía el idioma. Para remate, sus primeros entrenadores aquí le utilizaban de interior pese a que él se siente mucho más cómodo en el centro del campo.

Al final consiguió acoplarse en el fútbol español y el Racing lo fichó en 2008, tras tres temporadas en el Alavés. Estando en Santander logró uno de sus sueños: jugar en el Parque de los Príncipes frente al París Saint Germain cuando su equipo se clasificó para la UEFA. El año pasado, cumplió otra de sus ilusiones, disputar un Mundial. Lo hizo con Argelia, el país de su padre. Solo una espinita se le quedó clavada, la de no poder jugar con su ídolo, Zinedine Zidane. Y eso que estuvo cerca: "El día que jugaron Alavés y Madrid, él estaba en el banquillo". Ahora, en Getafe, tiene la oportunidad de seguir cumpliendo retos.

Lacen, con la zamarra del Racing.
Lacen, con la zamarra del Racing.

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