La adrenalina de Lopo

Alberto Lopo (Hospitalet de Llobregat; 1980) necesita un nuevo reto. Así lo cree, al menos, Miguel Ángel Lotina, el técnico que le ha dirigido durante la mayor parte de su dilatada carrera, el entrador que sabe que, para rendir al máximo, el veterano central necesita sentir una gran motivación. Por eso, tras seis años en el Deportivo y mucho tiempo antes de que se intuyera el descenso del equipo gallego a Segunda División, el jugador ya barruntaba que este año cambiaría de aires. Necesita adrenalina. Su nuevo destino es el Getafe, que no ha tenido que pagar un solo céntimo por el central, de buen pie para la salida del balón y con facilidad para el juego aéreo.

"El cambio le beneficiará", opina Lotina; "necesitaba nuevos objetivos y motivaciones, hará una muy buena campaña". A sus 31 años, Lopo aportará veteranía, regularidad -casi siempre supera los 30 partidos en Liga- y saber estar al equipo azulón. "Es uno de los centrales más completos de Primera División", continúa el técnico; "va bien de cabeza en defensa y en ataque [16 goles en la Liga desde que debutó en 1999], saca bien el balón, es ágil en espacios cortos y, aunque no es rapidísimo, no es nada lento en distancias largas".

A Getafe llega un jugador con galones, que sabe lo que es ganar, pero también lo que es perder. En 2006, también a las órdenes de Lotina, después de alzar la Copa con el Espanyol, se salvó de descender a Segunda en la última jornada. No pudo repetir gesta este año en A Coruña, donde el traumático descenso del Deportivo se convirtió en la peor experiencia deportiva de su carrera, a pesar de que la defensa que comandaba fue la séptima menos goleada del campeonato (47). "El último mes sufrió bastante", explica Lotina; "ya tenía ofertas para marcharse y le daba mucha impotencia dejar al equipo en Segunda. Lo pasó mal". A pesar de todo, según el técnico, siempre se comportó como un líder y dio la cara para mantener al grupo unido.

Para el entrenador que mejor le conoce, si Lopo no ha llegado más lejos es porque le ha faltado suerte en momentos puntuales. "Estaba a más altura que algunos centrales que han jugado en equipos fuertes, de Champions. En cuanto a la selección, los ha tenido muy buenos y cuando ha hecho falta alguien, él no estaba en su mejor momento", señala. No obstante, por si acaso, Lotina insiste: "Necesita estar siempre en tensión, la relajación es su peor enemigo. Para sacarle lo máximo hay que apretarle". Tras años de ser intocable en el Espanyol y el Deportivo, ahora tendrá que volver a ganarse el puesto. Adrenalina, al fin y al cabo.