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Cicatrices y muescas de Santa Cruz

El ariete paraguayo, lastrado siempre por las lesiones, se convirtió frente a Brasil en el máximo goleador de su selección al igualar la marca de 25 tantos de Cardozo

Una cabalgada de Estigarribia por la banda izquierda, un buen centro al área y un solo toque con el que Roque Santa Cruz (Asunción, Paraguay; 1981) envió el balón a la red. Una jugada tan sencilla de explicar le sirvió a la albirroja para marcar su primer gol ayer ante Brasil -el partido terminó con empate a dos- y a Santa Cruz para entrar en la historia del fútbol paraguayo. Ese tanto le convirtió en el máximo goleador de su selección, igualado a 25 dianas con José Saturnino Cardozo, que jugó desde 1991 hasta 2006. El ariete del Manchester City tendrá la oportunidad de superar la marca el próximo miércoles, 13 de julio, cuando Paraguay se enfrentará a Venezuela en el último encuentro de la primera fase de la Copa América. El buen partido de Santa Cruz frente a Brasil no se limitó al gol. Dio, además, la asistencia del segundo tanto de su selección a Valdez y fue nombrado mejor jugador del choque. Bonita forma de festejar su partido número 85 como internacional.

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Su récord, sin embargo, estuvo cerca de no producirse nunca. Tras el pasado Mundial de Sudáfrica, en el que la albirroja cayó frente a España en cuartos de final, el delantero estuvo a punto de dejar la selección. "La posibilidad existe", reconoció entonces. "El problema no es la edad, sino la carrocería", explicó, en referencia a las continuas lesiones, sobre todo musculares y de rodilla que ha sufrido desde que empezó a jugar al fútbol y que han ensombrecido su carrera. Los problemas físicos comenzaron a lastrarle en el peor momento, justo cuando dio el salto a Europa a las filas del Bayern de Múnich en 1999. Hasta entonces, aquel muchacho, que siempre estudiaba en su patio mientras daba patadas a un balón, se había desempeñado en el Olimpia, paraguayo, al que entró cuando apenas contaba con nueve años. Debutó en Primera en 1998 y esa temporada y la siguiente ganó la Liga con su equipo. Fue, además, nombrado mejor jugador de la categoría.

Su primera campaña en Europa no fue mala: jugó 28 partidos y marcó cinco goles. Los problemas llegaron a partir de su segundo año, cuando comenzó a lesionarse habitualmente y a no entenderse con los entrenadores. Permaneció en el Bayern, con el que ganó cinco Bundesligas, hasta que el Blackburn Rovers, inglés, se hizo con él en la temporada 2007-08. Su primer curso en la Premier fue el más notable de su carrera. Jugó casi todos los partidos -37- y marcó 19 goles, pero después volvió a tener problemas físicos. El Manchester City lo compró, de hecho, lesionado en 2009. Cuando se hizo un hueco en el equipo inglés, volvió a tener problemas y luego apenas ha vuelto a tener oportunidades en la Liga inglesa. Después de estar la primera parte de la temporada pasada como espectador de lujo, el City lo cedió al Blackburn, en el que disputó siete partidos en los que no pudo marcar. En el club, sin embargo, sueñan con volver a contar con él la próxima campaña. "Él enseña su calidad en todos los entrenamientos, nos mostró lo bueno que es, pero estuvo mucho tiempo parado y eso lo perjudicó", asegura el presidente de Blackburn, John Williams. El ariete también lo tiene claro: "Todo el mundo sabe que soy muy feliz en el Blackburn, tengo un montón de amigos"

Por ahora, sin embargo, su única preocupación es la albirroja, con la que debutó en abril de 1999: "Es muy especial para mí haberme convertido en el máximo goleador de Paraguay, pero estoy más preocupado por conseguir algo importante con mi selección: ahora debemos ganarle a Venezuela y lograr nuestro lugar en cuartos de final de la Copa América", señalaba ayer, tras el choque. Guarda en sus botas la posibilidad de seguir haciendo historia.

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