_
_
_
_
_

El Betis se desprende de Emaná

Vende a su mejor activo al Al-Hilal saudí por 4,2 millones acuciado por la sangría económica

Cuando Emaná llegó al Betis, en el verano de 2008 procedente del Toulouse y a cambio de seis millones de euros, la entidad andaluza vivía todavía bajo el supuesto paraguas protector de Manuel Ruiz de Lopera. Tres años después, con una deuda reconocida de 84 millones y en Ley Concursal, el Betis no ha tenido más remedio que vender a su mejor futbolista a falta de diez días para el inicio de la Liga. Eso si la huelga anunciada por la Asociación de Futbolistas Españoles no impide el normal desarrollo de la competición. Y el Betis no vende por una cifra espectacular, sino más bien por una cantidad discreta. El Al-Hilal saudí le pagará al Betis 4,2 millones por su estrella, aunque el club sevillano recibirá tres al contado, lo que ha precipitado los acontecimientos para poner fin al culebrón del verano en verdiblanco. El futbolista, que dejó plantado a entrenador y compañeros al negarse a participar en la gira de Inglaterra del equipo, firmó su contrato en París y se ha sentido maltratado durante todo este periodo veraniego. Al futbolista le molestó que el club pidiera a gritos su marcha y que luego apretara más de la cuenta a los saudíes cuando él ya había llegado a un acuerdo con el Al-Hilal.

Ahora, la dirección deportiva, comandada por Vlada Stosic, tiene que encontrar un recambio con urgencia para la delantera andaluza. Con esos tres millones deberá hacer milagros, pues la plantilla presenta carencias y, por lo visto en la pretemporada, tiene muchos problemas para hacer gol.

Se pone así fin a la estancia en el Betis de un futbolista de gran calidad, aunque de carácter peculiar. En su primera temporada, jugó 35 partidos e hizo 11 goles, pero el Betis acabó bajando a Segunda a pesar de haberse gastado en el verano 30 millones en fichajes como los del propio camerunés, Sergio García o Mehmet Aurelio. A la siguiente campaña, ya en Segunda, Emaná disputó 28 partidos e hizo 10 goles. El jugador no jugó la fase final del Campeonato en Segunda al ser convocado con Camerún para disputar el Mundial de Sudáfrica, lo que a la postre fue decisivo para el que equipo verdiblanco, dirigido por Víctor Fernández, no lograra el ascenso. Ni Paco Chaparro ni José María Nogués ni Antonio Tapia, los entrenadores del Betis en ese periodo anterior a la llegada del técnico maño, supieron sacarle lo mejor a un futbolista que amagó con dejar de entrenar en varias ocasiones y que mantuvo una relación de amor y odio con la grada bética.

Su mejor temporada ha sido sin duda la pasada, la del ascenso. Emaná se echó al equipo a las espaldas, jugó 28 partidos e hizo 13 goles, superando una dura lesión de tobillo a mediados de la competición. El entrenador, Pepe Mel, lo entendió a la perfección y el propio futbolista manifestó a lo largo del verano su interés por permanecer en el Betis en su retorno a Primera. Por eso rechazó una oferta del Dnipro ucraniano, entrenado por Juande Ramos, que había llegado a un acuerdo con la propia entidad andaluza. Ahora, empujado por el club y peleado con sus dirigentes, se entrega a la aventura del fútbol saudí, seducido por un contrato de cuatro años a razón de dos millones de euros limpios por temporada.

Emaná, en un partido de Liga de la temporada pasada.
Emaná, en un partido de Liga de la temporada pasada.JAVIER BARBANCHO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_