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Eto'o se cubre de oro

El camerunés deja el Inter y firma por el Anzhi ruso, que le convertirá en el futbolista mejor pagado del planeta con 20 millones de euros anuales

El 12 de agosto de 2004, recién aterrizado en el Camp Nou, la osadía de Samuel Eto'o (Nkon, Camerún; 1981) dibujó una sonrisa en todos aquellos que asistieron a su presentación como nuevo ariete del Barcelona: "Correré como un negro para ganar como un blanco", advirtió el delantero, ataviado con una camiseta de su país y flanqueado por Frank Rijkaard y Joan Laporta a sus costados. No iba de farol el camerunés, que hoy, casi siete años después de esa enunciación lapidaria, se ha convertido en el futbolista con mayores emolumentos de todo el planeta tras sellar su acuerdo con el Anzhi ruso, que le abonará 20 millones de euros anuales durante los tres próximos cursos y que reforzará las arcas del Inter de Milán con 27 millones de euros.

A expensas de que supere la revisión médica pertinente, el club caucásico anunció anoche la llegada del ariete, que se había convertido en la obsesión de Suleiman Kerímov, un multimillonario ruso que el pasado 18 de enero tomó las riendas del modesto Anzhi, fundado en 1991 sin ningún tipo de resonancia, para guiarlo hacia las cotas más altas de su Liga y el panorama europeo. "El proceso ha sido muy largo, pero este fichaje abrirá las puertas de Rusia a otros grandes jugadores", manifestó el director general del club, Guerman Chistiakov; "es un grandísimo delantero, de clase mundial. Sin su voluntad hubiera sido imposible que llegásemos a un acuerdo". Eto'o, en cualquier caso, no es el único que ha sido seducido por Kerímov; el club ha invertido 70 millones de euros en fichajes desde enero en jugadores como el reconocido lateral Zhirkov (Chelsea) y el prometedor extremo Dzsudzsak (PSV), además de Tardelli (Atlético Mineiro) y Boussoufa (Anderlecht).

En el vestuario, Eto'o también coincidirá con Roberto Carlos. El brasileño, exlateral del Real Madrid, se embolsará a sus 38 años, 17,5 millones por sus dos años de contrato y es todo un ídolo para la hinchada del Anzhi, que asiste estupefacta al despegue de su equipo, cuarto clasificado en la Liga, otrora carne de Segunda División y que ahora aspira a codearse con los grandes: el CSKA y el Zenit. El fichaje de Eto'o, sin embargo, no deja de sorprender; los jugadores se trasladan a Majachkalá, a la inestable Daguestán, una zona marcada por el terrorismo islamista, vecina de Chechenia. Por eso Eto'o, como el resto del equipo, vivirá y se entrenará en Moscú, donde el Anzhi ha fijado su cuartel general, en las instalaciones deportivas de Kratovo, a las afueras de la capital. El camerunés, uno de los artilleros más prolíficos del mundo en los últimos años (199 goles en la Liga, 49 en el calcio), dispondrá a partir de ahora de una cuenta corriente plagada de ceros. Con los 20 millones de euros que se apuntará por cada uno de los próximos tres ejercicios, el africano supera los salarios de otras estrellas rutilantes como Cristiano Ronaldo (12), Messi (10,5) y Fernando Torres (10).

Eto'o celebra un gol con el Inter de Milán.
Eto'o celebra un gol con el Inter de Milán.EP

Kerímov, el nuevo magnate del fútbol

Suleimán Kerímov. Un hombre exagerado, como el dinero que le cuesta el fichaje de Eto'o para su equipo, el Anzhi, ruso: 87 millones de euros. 27 son para el Inter y los otros 60, para el camerunés, que se repartirán en tres temporadas. Exagerado, como los 7.800 millones de dólares en los que cifra su fortuna la revista Forbes, para la que se trata del 118º hombre más rico del mundo (era el número 35 en 2007). Exagerado como la fiesta para sus 40 años, en 2006, cuando contrató a las estrellas del pop Shakira y Cristina Aguilera pagándolas un millón de dólares para que se exhibieran. Exagerado como el yate Ice de 90 metros que posee o como el Ferrari de 700.000 euros con el que se estampó en Niza junto a la estrella televisiva Tina Kandelaki, un incidente que casi le costó la vida y le obligó a estar largos meses hospitalizado.

Kerímov es el último de los oligarcas rusos que han irrumpido en la escena del fútbol europeo. Román Abramóvich fue el primero; compró el Chelsea en 2003 y ha gastado hasta hoy más de 700 millones en fichajes, sin alcanzar todavía su sueño: la Champions. Luego llegó Alisher Usmanov, que se ha convertido en el mayor accionista del Arsenal junto al estadounidense Stan Kroenke, aunque su inversión no se ha visto, por el momento. El dueño del Anzhi también intentó entrar por la puerta del fútbol occidental, intentando comprar el Roma en 2004 con el dinero de la Nafta Movska, empresa pretolera donde invierte. Una candidatura frustrada, según se filtró después, por la intervención directa de Silvio Berlusconi, que llamó a Vladimir Putín para evitar la entrada en el calcio de capital extranjero.

En enero, Kerímov decidió construir su sueño de gloria futbolístico desde casa, siguiendo el ejemplo del Zenit de San Petersburgo, que con el dinero de Gazprom (la mayor empresa energética de Rusia) ya ha llegado a alcanzar laureles europeos como la Liga Europa y la Supercopa de Europa. Al dueño del Anzhi, que tiene dinero invertido en Gazprom, pero también en amplios sectores bancarios, del oro, de las telecomunicaciones y de los hoteles, prefirió la región que él representa en el Senado ruso, Daguestán, una zona pobre y peligrosa por la presencia de insurgentes islámicos. El Anzhi es el equipo de la capital: Majachkalá. Kerímov tiene planeado construir en breve siete centros deportivos y un nuevo estadio con 40.000 asientos. A el de hoy, con 18.000, los aficionados acceden pagando unos dos euros, para que se llene cada domingo. El dinero de las taquillas no tiene que ser la principal preocupación de Kerímov.

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