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Terol se desmelena

El piloto del equipo Aspar cierra un fin de semana perfecto: 'pole', victoria, vuelta rápida y récord en carrera.- Viñales, segundo, vuelve al podio por sexta vez

Nico Terol es el chico bueno. El que nunca levanta la voz. El que nunca se enfada. El que siempre tiene buenas palabras. Y un gracias esperando en la punta de la lengua. Aunque la suerte le sea esquiva, como cuando en la última carrera, en Brno, un tornillo que apenas vale un miserable euro se rompió y, de golpe, dio con el piloto empujando con el pie izquierdo su Aprilia, cuya batería dijo basta. Además, tiene más moral que el Alcoyano, su equipo, el de sus vecinos, gente normal, trabajadora, como él. Y en Indianápolis dio buena muestra de ello. Este es su año y ni un meñique destrozado, ni un tornillo puñetero podrán arrebatárselo. Al menos, no de momento. Tras unos entrenamientos brillantes, en los que no dio tregua a nadie, después de apuntarse también la pole, Terol cerró un fin de semana perfecto con la victoria, la sexta del curso, la vuelta rápida de la carrera y un nuevo récord, con el que superó el logrado por Marc Márquez el año pasado.

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Encadenando cinco vueltas a cada cual mejor al inicio de la prueba, Terol certificó dos cosas: la primera, que vuelve a estar tan fuerte como a principio del curso, que no siente presión alguna por los que vienen detrás, pisándole los talones después de las últimas carreras desgraciadas, pues la cabeza no es una de sus debilidades. Al revés; es de los que opina que con trabajo y esfuerzo todo puede conseguirse. Y la segunda que, si lo consigue, no ganará este Mundial porque ya no haya un Márquez por en medio, pues ha mejorado sus propios cronómetros del año pasado, cuando fue subcampeón, y porque sigue habiendo talentos asomando por la parrilla. No hace falta más que echar un vistazo a ese crío al que llamaron Maverick, que ayer repitió en el segundo puesto y firmó su sexto podio en el año de su estreno en 125cc.

Terol se desmelenó en Indianápolis, en un trazado criticado hasta la saciedad este fin de semana por un asfalto nuevo, poco abrasivo y muy deslizante. Se desmelenó desde la primera curva para dejar bien claro al resto de la parrilla quién es el favorito a llevarse el título. Y fue sacando un segundo por vuelta a sus perseguidores en los primeros 10 giros. Una barbaridad. A partir de entonces, aflojó un poco, pues los neumáticos no ofrecían su mejor rendimiento en esta pista y no necesitaba arriesgar ni una pizca. Tras él, Zarco, Viñales y Faubel peleaban por el podio. Ocurrió que, entre que el joven de Roses y el francés se entretuvieron en adelantarse mutuamente y que un segundo grupo empezó a apretar la maneta del gas, las diferencias entre unos y otros se redujeron. Tanto, que la ansias pudieron con Zarco, que cometió un error, se salió de la trazada buena y salvó una caída segura, justo a mitad de la carrera, cuando Gadea, Cortese y Vázquez seguían de bien cerca a Faubel.

Zarco empezó a perder posiciones, Gadea y Cortese se hicieron con Faubel y fueron ellos finalmente quienes pelearon con Maverick Viñales por el segundo puesto. Gadea, compañero del catalán, ejerció de espectador de lujo; solo Cortese se enzarzó con Viñales, que cuajó una última vuelta perfecta, con el alemán pegado a su colín, a la espera del menor error, algo que no se produjo. Tampoco falló Terol, exultante, que recupera parte de la gloria y los puntos perdidos en las últimas carreras: vuelve a distanciarse de Zarco, ahora a 26 puntos, y a este se le acerca el talentoso Viñales -16 años le contemplan-, a solo 13 puntos del francés.

Terol celebra su victoria.
Terol celebra su victoria.EFE

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