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Una semifinalista sorpresa

La alemana Kerber, 92ª del mundo y que nunca había pasado de segunda ronda en Nueva York, se medirá con Stosur por un puesto en la final

Tras una temporada de altibajos, la semana previa al arranque del Abierto de Estados Unidos Angelique Kerber (Bremen, Alemania; 1988) se plantó en las semifinales del torneo de Dallas. Pocos podían pensar entonces que su actuación en Texas sería solo el prólogo de una sorprendente participación en Flushing Meadows, donde la alemana está a un partido de disputar la final. Tras derrotar a la italiana Pennetta por 6-4, 4-6 y 6-3 en cuartos, solo la australiana Stosur, quien le espera en las semifinales, está a tiempo de impedírselo.

Hasta la fecha, Kerber nunca había superado la tercera ronda de un Grand Slam. En Nueva York, ni siquiera había pasado de la segunda. Debutó en el circuito WTA en 2006, tras superar una intervención en el hombro izquierdo que le obligó a dejar de jugar al tenis durante meses. A lo largo del año siguiente, sin embargo, escaló hasta el puesto 84 del ranking mundial (actualmente, tras acabar el año pasado 47, ocupa el 92). Y ahora está firmando un US Open sobresaliente. "He estado entrenando mucho últimamente, soy más fuerte física y mentalmente", explicó recientemente; "en los últimos meses, en las últimas semanas, me he sentido realmente bien". Kerber achaca también su mejoría a un cambio en su juego: "Antes era más defensiva. Mi nuevo tenis es más agresivo en cada punto. Tomo más riesgos, me acerco más a la red... pero todavía pienso que mis golpes de fondo son mi punto fuerte".

De ascendencia polaca, Kerber, que eligió el tenis antes que la natación, un deporte que no se le daba nada mal, entrena con frecuencia en un complejo deportivo que su familia posee en la ciudad de Puszczykowo, en Polonia. No es el único valor al alza del tenis femenino alemán. En los octavos, junto a ella, compitieron Lisicki y Petkovic. Desde 1987, cuando Steffi Graff jugó la final, no se juntaban tres germanas en esa ronda del Abierto estadounidense. Huyendo de las comparaciones -"Steffi es Steffi, nosotras somos la siguiente generación", respondió cuando le preguntaron al respecto- y del triunfalismo, Kerber se muestra humilde a la hora de fijarse objetivos: "Mi meta ahora es mejorar mi juego, hacerlo lo mejor que pueda y volver al top 50". Su sorpresiva presencia en las semifinales de Nueva York le dará un buen empujón en su camino.

La alemana Kerber.
La alemana Kerber.EDUARDO MUÑOZ (REUTERS)

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