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7ª JORNADA DE LIGA | ATLÉTICO, 0 - SEVILLA, 0

Falcao pierde el duende

Dominio fútil de un Atlético sin puntería ante un Sevilla áspero y con más tablas

De vuelta en casa el Atlético recuperó el espíritu que se dejó en el Camp Nou y apenas insinuó en Rennes dirigido por un Diego al alza que obligó al Sevilla a remar y sacar su lado más áspero mientras se resguardaba en la caverna. Tras los nubarrones de la última semana el conjunto de Gregorio Manzano recuperó la esencia en un cara a cara por Europa que no premió la persistencia del plantel rojiblanco por la mirilla desviada de Falcao y el resto de malabaristas. Arropado por el mantra del Calderón, que celebraba su 45º cumpleaños, el Atlético impuso su pensamiento, a falta del gol, salvo en el arranque del segundo tiempo, en el que Navas y Manu del Moral probaron lo buenos que son los reflejos de Courtois.

ATLÉTICO, 0 - SEVILLA, 0

Atlético: Courtois; Silvio, Godín, Domínguez, Filipe; Tiago (Gabi, m. 67), Mario, Arda Turan; Diego; Reyes (Salvio, m. 76) y Falcao.

Sevilla: Javi Varas; Coke, Spahic, Martín Cáceres, Fernando Navarro; Jesús Navas, Medel, Iván Rakitic (Campaña, m. 78), Perotti; Manu del Moral (Armenteros, m. 83) y Kanouté (Negredo, m. 76).

ÁrbitroUndiano Mallenco (C. Navarro). Amonestó a Arda Turan, Silvio, Mario, Domínguez, Kanouté, Coke, Medel, Manu, Spahic y Martín Cáceres.

Unos 50.000 espectadores en el Vicente Calderón.

La escuadra del Manzanares preparó la cita a conciencia, sabedora de que se jugaba algo más que un partido, con la rivalidad entre los dos clubes muy presente y con la certeza de que al Sevilla, eliminado de buenas a primeras de la Liga Europa, solo le queda la Liga y ya no se despista con nada como demostró resistiendo la carga del Valencia con dos hombres menos. Expulsados Trochowski y Escudé en la jornada anterior, Marcelino redibujó al grupo reubicando a Martín Cáceres, el lateral derecho habitual, en el eje de la defensa junto a Spahic. Las molestias musculares de Negredo también afectaron al sistema del club hispalense, que guardó a su delantero fetiche en el banquillo hasta los últimos 25 minutos.

Las bajas del Sevilla mostraron el camino al Atlético, que aun así no sacó tajada frente a un rival que se pertrechó atrás, con Medel de cortafuegos, a la espera de que campeara la tormenta. Y eso que de entrada Manzano ordenó ante su equipo del curso pasado estrechar el campo, donde se percibían las líneas de cal borradas, para anular las correrías de Navas y Perotti por las bandas. La argucia cortó las alas de los sevillistas, más apretados que de costumbre y que además se encontraron con el problema añadido de verse encimados por Filipe Luis y Silvio, que adelantaron su posición hasta el mediocampo.

Desarticuladas las principales armas del Sevilla, el Atlético asedió el arco de Javi Varas en una primera parte notable en la que perdonó un carro de oportunidades. Desafinado El Tigre, Reyes fue el primero que buscó fortuna tras un exceso de confianza de Martín Cáceres: el extremo le birló la pelota y su remate cruzado lo atajó el portero como si nada. El dominio rojiblanco en la línea media, donde acumulaba más jugadores, con Diego de jefe de operaciones, solía terminar por el costado derecho, donde el Atlético agradeció el regreso de Silvio (cosa de las rotaciones o de los toques de atención, Perea no entró en la lista). Por ahí llegó otra aproximación que Tiago finalizó chutando a las nubes y la más clara de los 45 minutos iniciales: el portugués apuró la línea de fondo, su centro lo despejó malamente la defensa y el cuero le quedó muerto en el centro del área, perfecto, un caramelo a la puerta del colegio, a Reyes, que hizo lo imposible y mandó la pelota fuera.

El Atlético apretaba de lo lindo pero le faltaba lo más importante, el gol, como cuando Tiago y Diego se molestaron en otro rechazo tras una jugada de estrategia. Mientras, el Sevilla resistía como podía, tirando de callo, interrumpiendo el juego si complejos, con Courtois al otro extremo del campo como si fuera un espejismo en el horizonte más lejano. Con la excepción del inicio a toda mecha del Sevilla tras pasar por el vestuario, el meta belga no se despeinó: de hecho el primer remate que detuvo fue un despeje de Falcao en un saque de esquina en sus dominios. Es lo que tiene el nueve cafetero, que lo remata todo aunque sea a su portería.

El colombiano, sin embargo, tampoco fue el matador arrollador que impactó en su presentación en la Liga, y dejó en pie a un Sevilla que tiene más vidas que un gato. Lo demostró con dos acciones que metieron el miedo en el cuerpo al Atlético, que pagó la falta de gasolina en el segundo acto. Los avisos de Navas, desaparecido en acción hasta que obligó a un escorzo tremendo de Courtois, y de Del Moral, que marró un uno contra uno con todos los rojiblancos paralizados salvo Tibo.

Fatigado ante el muro hispalense, el antídoto del Atlético era Falcao y no funcionó. De vuelta a su hábitat, el sudamericano se encasquilló con todo a favor a dos palmos de Varas, que terminó de coronarse desviando con el pie izquierdo un remate cruzado del colombiano que ya cantaba la grada. Sin el duende del colombiano, el Atlético pinchó una vez más en hueso y se topó con un Sevilla con más tablas.

Falcao y Spahic luchan por el balón.
Falcao y Spahic luchan por el balón.PEDRO ARMESTRE (AFP)
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"No es un paso atrás"

Gregorio Manzano afrontó la visita del Sevilla, un rival directo por un hueco en la Liga de Campeones, reclamando mesura ante las primeras señales de zozobra emitidas por el Atlético. "Ni antes éramos perfectos ni ahora un desastre", desdramatizó el técnico, que remachó con una comparación arriesgada: "El Barcelona no se construyó en un mes". "Dadnos tiempo. No nos matéis a las primeras de cambio", exhortó Manzano, que durante su disertación valoró los puntos contra el Sevilla como "los más importantes" en lo que iba de campeonato. La igualada trastocó el discurso de Manzano. "A veces no se acierta. Me quedo con la actitud. No se puede decir que algún jugador haya rehuido la lucha, la entrega o el esfuerzo", analizó mientras deslizaba cierta desazón del vestuario: "La moral está bien, aunque los jugadores tal vez tienen esa desolación por no haber ganado un partido que queríamos y deseábamos ganar". "Nos vamos disgustados. Su portero ha estado fenomenal", resumió Reyes el sentir de los jugadores rojiblancos. El más cercano a la realidad fue Godín. "Fue un partido como suele suceder contra el Sevilla... Cuando se intenta ganar y no se puede, es bueno no perder y mantener a cero el arco", expresó el central, que reconoció una cierta relajación por parte del Atlético: "Tuvimos 10 minutos al inicio de la segunda parte dubitativos, pero dominamos. Se llevaron lo que vinieron a buscar, el empate. Pero el resultado no es un paso atrás". "El marcador es bueno. Un tiempo para cada equipo. En el primero estuvimos pobres, pero mantuvimos el armazón", dijo Marcelino, el técnico del Sevilla. Antes del partido, de alto riesgo, una reyerta cerca de la Puerta del Sol entre hinchas de los dos clubes dejó seis aficionados del Sevilla heridos leves y dos agentes antidisturbios contusionados.

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