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Este Atlético no chuta

El Udinese resuelve dos jugadas aisladas y retrata la esterilidad goleadora del equipo rojiblanco

Para este Atlético, de juego presumido porque tiene la pelota y estéril porque no sabe qué hacer con ella, el gol se ha convertido en algo más que un problema. Escudado en la ronda previa de la Liga Europa y en un par de duelos (Racing y Sporting) tan plásticos como letales, Manzano niega la evidencia. Pero este Atlético no chuta -en Friuli realizó dos disparos ridículos: uno de Gabi a las manos del portero; otro de Godín a las nubes- y menos firma redes. Mucho toque, poco juego vertical y nada de remate. Se desbrava y empeora el equipo con el paso de los partidos, y ante el Udinese, repleto de suplentes, explicó una vez más su esterilidad finalizadora, el gatillazo reiterativo. Perdió el partido, se complicó un pelo el pase para la siguiente ronda europea, y contabilizó su tercer partido consecutivo sin marcar un gol, el sexto en los 10 que ha disputado desde que iniciara la Liga.

UDINESE, 2 - ATLÉTICO, 0

Udinese: Handanovic; Benatia, Danilo, Domizi; Pereyra (Basta, m. 46), Doubai (Asamoah, m. 85), Pinzi, Badu, Abdi (Fabbrini, m. 46), Armero; y Floro Flores. No utilizados: Padelli; Basta, Ekstrand, Isla y Di Natale.

Atlético: Courtois; Perea, Godín, Domínguez, Filipe; Assunção, Gabi (Adrián, m. 79); Juanfran (Reyes, m. 59), Diego, Pizzi; y Falcao. No utilizados: Joel; Pulido, Mario Suárez, Koke y Miranda.

Goles: 1-0. M. 83. Benatia, a la salida de un córner. 2. M. 93. Floro Flores resuelve desde un vértice del área.

Árbitro:Alon Yefet (Israel). Mostró la cartulina amarilla a Badu, Danilo, Gabi y Assunção

20.000 espectadores en el estadio Friuli.

El Atlético, gallardo, quiere el cuero. Pero no sabe cómo repartírselo hasta las posiciones terminales. Toca atrás con apuros, la marea en el eje y casi siempre en horizontal, no descuenta rivales a no ser que Filipe o Pizzi den mordiscos al campo, y solo Diego se presenta para enhebrar las jugadas. Su apuesta, la del equipo, valiente porque no renuncia a jugar el balón por el suelo, porque entiende que le alcanza con su pie para doblar a los rivales, se potenció de igual modo que se deshilachó ante el Udinese, tacaño con el fútbol espectáculo, celestial con el fútbol posicional.

Para Manzano no hay mejor enganche que Diego, bota talentosa, computadora andante para leer y ejecutar el pase definitivo. Pero se resiste el técnico a alinear a dos delanteros -sus extremos no pisan el área ni por castigo- y le resta tantas virtudes como líneas de pase. Basta con ver a Diego sobre el césped. Ahora aguarda el balón sin éxito cerca de Falcao; ahora recula para arrastrar la pelota hacia arriba, demasiado lejos y de nuevo sin éxito; ahora se cae a la banda, donde nadie da profundidad, donde el balón tampoco llega. Y Diego solo, no es Diego. Sin pases en campo ajeno ni presencia en el área rival, Falcao tampoco existe, delantero de remate puntual cuando queda un balón huérfano, pero anónimo para ofrecer una salida ingeniosa a la elaboración del juego, siempre al quite y al desmarque por detrás de los zagueros. Todas esas deficiencias en la elaboración significaron una vez más que este Atlético podría jugar al fútbol sin porterías. El ejercicio defensivo del Udinese, en cualquier caso, fue impecable, toda una lección magistral en lo posicional.

Desinteresado en la pausa, el equipo de Guidolin juega para el contragolpe. No le seduce el toque y atiende al pase como una exigencia incómoda. Mirada al frente, pelotazo a la carrera de los carrileros-delanteros y remate, si llega, del ariete. Apuesta que le funciona en la Serie A, donde es el colíder, y que le bastó ante el Atlético, por más que en el banquillo se quedaran titulares como Isla, Asamoah y el propio Di Natale, el goleador inflexible. El secreto del Udinese, sin embargo, está en su capacidad táctica, siempre con las piezas en orden, en el sitio correcto. Aprieta en la medular y se recompone de una forma tan diligente como efectiva, próximo al portero, sin espacios para el pase al hueco. Y, sobre todo, de forma inteligente, nunca cae en la trampa de perseguir la pelota para salirse de zona. Sin huecos y sin apenas el balón en las botas de Diego, el duelo fue un partidillo de posesión, escaso de remate.

Ni siquiera la salida de Reyes supuso una revolución. Al extremo no le sienta bien la nueva propuesta del Atlético porque tiene más velocidad y quiebro que toque, y resulta otro figurante sin disparo. Así que el Udinese, paciente porque confía en su apuesta, apretó con prolongaciones a dos faltas laterales -otro problemón del Atlético, que no despeja una por arriba-, una escupida por Courtois y otra errada de forma incomprensible por Floro Flores. Pero a la tercera, Benatia puso el pie y el gol.

Todo un mazazo para el Atlético, que se descompuso por completo y encajó el segundo en el descuento, en uno de esos contragolpes que predica Guidolin, que ejecutó Flores. Todo una odisea para el Atlético, que no le mete un gol ni al arcoíris.

Pizzi cae ante Benatia.
Pizzi cae ante Benatia.PAOLO GIOVANNINI (AP)

"Un golpe bajo"

Gregorio Manzano, el entrenador del Atlético de Madrid, calificó la derrota como un "golpe bajo", comentó que el Udinese se encontró con un triunfo que "quizá no esperaba" y, eso sí, advirtió de que su equipo sigue dependiendo de sí mismo para clasificarse.

"Ha sido un encuentro igualado, aunque con más dominio por nuestra parte. No tengo nada que recriminar a mis jugadores. Han estado serios", dijo. Sobre la nulidad goleadora trató de ser evasivo: "El gol no debe obsesionarnos. Seguro que llegará".

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