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Jordan cambia de bando

El propietario de los Bobcats encabeza el ala más dura de los propietarios.- Su postura, opuesta a la que defendió cuando estaba en activo, provoca la indignación de algunos jugadores

"Si no puedes obtener beneficios, deberías vender el equipo", le espetó hace 13 años el por aquel entonces jugador de los Chicago Bulls, Michael Jordan, a Abe Pollin, propietario de los Wizards de Washington. La escena se produjo durante el anterior cierre patronal, en el que el legendario escolta fue una de las cabezas más visibles y correosas del sindicato de jugadores. Sin embargo, en la actualidad, Jordan se encuentra en el otro lado de la mesa de negociación como propietario de los Bobcats de Charlotte, liderando en las negociaciones a la parte más dura de los dueños, como representante de uno de los llamados mercados pequeños, los que más dificultades suelen tener para lograr ganancias a fin de año.

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Según varios medios norteamericanos, como el New York Times, Jordan lideraría a un grupo de entre 10 y 14 propietarios -la NBA está formada por 30 equipos y actualmente tiene 29 propietarios, ya que los Hornets pertenecen a la Liga a falta de que esta encuentre un comprador- que no sería favorable a aprobar un reparto de los beneficios que asegurara a los jugadores el 50% de estos y que estarían dispuestos a votar en contra de un eventual acuerdo del resto de los propietarios con el sindicato. De hecho, al principio de las negociaciones propusieron rebajar esa cifra hasta el 37%, desde el 57% que hasta ahora tenían asegurado los baloncestistas. Una drástica rebaja, teniendo en cuenta que cada punto porcentual supone alrededor de 29 millones de euros por temporada, sin tener en cuenta los posibles futuros incrementos en los beneficios de la competición.

Con el sindicato de jugadores negándose a bajar del 52,5 % su parte del pastel, el estancamiento de este grupo de dueños, que pretendería reducir esta cuota hasta el 47%, supondría más palos en las ruedas de una negociación cada vez más encallada. Además, el hecho de que un ex jugador como Jordan -que en su último año en los Bulls se embolsó unos 24 millones de euros- sea uno de los actores que se hayan mostrado más inflexibles parece haber dolido especialmente a los jugadores actuales. Como comienza a ser norma, algunos de ellos han usado Twitter para plasmar su decepción con el legendario número 23. "Él debería haber sido el primero en apoyarnos", ha escrito Paul George, base los Pacers de Indiana, que ha tildado de "hipócrita" al propietario de los Bobcats. El mismo adjetivo que le regaló el novato de los Warriors Kaly Thompson. "No puedo creer lo que he visto y oído de Jordan", se ha sumado Nick Young, de los Wizards de Washington. En la reunión sin frutos que ayer mantuvieron dueños y sindicato, varios medios estadounidenses aseguran que Jordan no llegó a tomar la palabra. Sin embargo, como ya hiciera hace años como jugador, tanto en la pista como en los despachos, parece que venderá cara su piel.

Michael Jordan, antes de entrar en la reunión de la NBA.
Michael Jordan, antes de entrar en la reunión de la NBA.PATRICK MCDERMOTT (AFP)

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