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Reivindicativo Rosell

El presidente del Barça quiere reducir las Ligas y cobrar por ceder a los internacionales

El máximo mandatario del Barcelona, Sandro Rosell, el presidente discreto, descubre estos días un perfil desconocido y se presenta como un revolucionario: es ahora el dirigente que pretende una profunda remodelación del fútbol mundial o, al menos, del europeo. Habla poco en casa, pero se desmelena en los foros internacionales, como ocurrió en la sede de la FIFA en Zúrich hace unos días o como ha hecho esta semana en Doha (Catar),primero ante la audiencia masiva de la cadena Al Jazeera y el martes en un congreso deportivo, Aspire4Sprt.

Rosell empezó lanzando la idea de un nuevo modelo de Liga española, que él aspira a reducir a un máximo de 16 clubes -en un primer recorte se pasaría de los 20 actuales a 18 y luego a 16-. El lunes defendió que la reducción se haría con el objetivo de engordar la Liga de Campeones, en la que cabrían más equipos españoles y se generarían más ingresos: la liberación de compromisos en el calendario se aprovecharía para partidos amistosos con los clubes y para programar más de la competición europea. Ayer ahondó en esa nueva concepción del fútbol mundial: tanto la UEFA como la FIFA deberían pagar a los clubes por disponer de los jugadores para los compromisos internacionales, puesto que "ganan dinero" con ello.

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"No creemos que sea justo que nosotros [los clubes] paguemos los salarios y ellos [FIFA y UEFA] usen a nuestros futbolistas y obtengan ingresos con ello. Es algo que debe ser tratado seriamente". Rosell explicó que los clubes más potentes de Europa ya están discutiendo con estos dos organismos para intentar alcanzar un acuerdo. De hecho, recordó el de la AEC (Asociación Europea de Clubes) con la UEFA expira en 2014 y si el ente europeo no escucha a los clubes de fútbol estos podrían escindirse, amenazó el presidente del Barcelona.

"Queremos tener una Liga de Campeones bajo el paraguas de la UEFA, pero también queremos que atiendan nuestras demandas, lo que la Asociación de Clubes está pidiendo", dijo Rosell. Entre sus peticiones entraría esa propuesta reciente de hacer crecer la Liga de Campeones y la voluntad de obtener mayores ingresos por jugar la máxima competición europea. En caso contrario, advirtió Rosell, "la AEC podría organizar su propio torneo europeo". "Estamos pidiendo más ingresos. Estamos pidiendo mayor gobernabilidad, transparencia, seguros", exigió. Si ese nuevo acuerdo o MoU (su nombre es Memorandum of Understanding) entre la Asociación y la UEFA no contenta a los clubes, llegará el ultimatum: "En el peor de los casos dejaríamos la UEFA", advirtió.

La remodelación de la Liga de Campeones actual lleva implícita, en la propuesta lanzada por Rosell, una modificiación también del modelo de torneo nacional en las grandes Ligas europas, y a la inversa. Los equipos de la Premier inglesa se han resistido a intentos anteriores de recortar el número de participantes, pero Rosell insiste en que el aliciente de una Champions más amplia, en número de encuentros y de participantes, sería definitivo. "Tenemos que convencer a la Premier de que también ellos reduzcan su Liga a 16 equipos", dijo. "Nos gustaría tener una Champions con más contendientes. Eso significaría que un día podríamos jugar un partido europeo entre el Barcelona y el Manchester United [los últimos ganadores] en sábado o domingo", dijo.

En contraposición a la imagen de su antecesor y rival, Joan Laporta, el hombre que impulsó la disolución del G-14 en favor de la AEC más democrática y que hacía gala de sus buenas relaciones con la FIFA y con la UEFA, así como la federación española, Rosell ofrece extramuros su faceta más guerrera.

Sandro Rosell.
Sandro Rosell.FADI AL-ASSAAD (Reuters)

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