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El Cantú desconcierta al Caja Laboral

Los vitorianos amagaron una remontada al final del partido, que la frialdad italiana desbarató

El Caja Laboral jugó varios partidos contra el Cantú. Primero lo dominó, después se le escapó muy lejos y por último jugó un choque muy igualado que terminó con el resultado en contra por tres puntos. La premisa de la que partían ambos conjuntos era bien diferente. El Cantú quería subirse a su último tren hacia el Top 16 y los vitorianos encarrilar el pase a la siguiente fase. Descartada esta opción, el principal perjudicado de su derrota es el Gescrap Bizkaia, al que el Cantú supera ahora con cuatro victorias.

El Caja Laboral salió a por todas, convencido de que el ataque agresivo era el mejor arma para neutralizar a los italianos. Dos triples de Teletovic y la senda marcada por San Emeterio dieron a los de Ivanovic 11 puntos de ventaja. Solo Mazzarino y Leunen parecían enchufados.

Cantú, 71; Caja Laboral, 68

Bennet Cantu: Cinciarini (6), Mazzarino (14) Micov (6), Leunen (4), Marconatto (8)-cinco inicial-, Basile (18), Markoisvili (7), Shermadini (8).

Caja Laboral: Heurtel (2), Oleson (12), San Emeterio (9), Teletovic (24), Seraphin-cinco inicial-, Prigioni (3), Ribas (2), Dragic (3), Bjelica (11), Dorsey.

Árbitros: Christodoulou (GRE), Boltauser (SLO), Lopes (POR). Eliminado Leunen (m. 38)

6.004 espectadores en el Pala Desio de Cantu.

Sin embargo, llegó Cinciarini, una bala que mejoró la movilidad del Cantú y puso en aprietos a los vitorianos. Peor aún se pusieron las cosas cuando Gianluca Basile, viejo conocido de la afición española, se empezó a sentir cómodo. Goran Dragic, que jugó su último partido con el Caja laboral antes de retornar a los Houston Rockets de la NBA, arrimó el hombro y Oleson asistió con acierto desde la línea exterior.

No obstante, las pérdidas de balón y una cierta precipitación dejaron vía libre a los italianos para eliminar cualquier huella de desventaja y se escaparon hasta el 35-30 con el que fueron al descanso.

El Caja Laboral acusó problemas en el juego interior, derivados principalmente de las ausencias de Milko Bjelica y Reggie Williams.

Los de Ivanovic debían jugar con mucha intensidad para tratar de desbaratar el juego ordenado de los italianos, que tienen en la paciencia su mejor arma. Prueba de ello fue que el partido que ambos equipos disputaron en Vitoria a finales de octubre no se resolvió hasta los cinco minutos finales.

Pese a saber que lo primordial era mantener una concentración inalterable durante todo el choque, el Caja Laboral dejó de jugar en el tercer cuarto y el Cantú, que se mantiene invicto en casa, se fue a los 16 puntos de ventaja. Simplemente no jugó nada y los italianos se situaron en un comodísimo 57-38.

Urgía despertar para empezar a sorprender al Cantú y romperle su plácido orden, su perfecta armonía. El Baskonia, experto en remontadas, llegó, de la mano de Nemanja Bjelica, a ponerse a un único punto. Cuando la gesta parecía culminada, el Caja Laboral perdió el balón y Mazzarino aprovechó para marcar una última canasta punzante y mucho más dolorosa que ninguna anterior.

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