Eterno Trapattoni

Un vídeo de tres minutos y medio tras un partido en su estancia como técnico en el Bayern de Múnich resume lo que es Giovanni Trapattoni, mito del fútbol italiano, coriáceo central que lo ganó todo con el Milan en la década de los 70 y lideró desde el banquillo a la mejor Juventus de la historia. Esa que agrupó a la base campeona del mundo con Italia en 1982, que le agregó a Michel Platini para portar seis scudettos, para dar lustre al palmarés de la Vecchia Signora con UEFA, Recopa, Supercopa, Copa de Europa e Intercontinental.

Campeón de la Liga en 10 ocasiones y en cuatro países distintos, Trapattoni, que llegará con 73 años de edad a la cita de Polonia y Ucrania, se resiste a abandonar la escena y hace cuatro años aceptó el reto de reconstruir a la selección de Irlanda, decadente tras encadenar ausencias en las dos últimas Eurocopas y el Mundial de Alemania. Solo una polémica jugada con mano de Thierry Henry en la prórroga de la repesca contra Francia le alejó del sueño sudafricano. Ahora vuelve al primer plano y no se vislumbra su final: acaba de renovar con la federación irlandesa hasta 2014 a pesar de las súplicas de su mujer, que suspira por la jubilación.

Con Trapattoni no hay dudas, con él se da continuidad a una idea futbolística que bebe de la tradición del fútbol italiano en el que se crió y que mezcla bien con el aguerrido ideario irlandés. "Es un hombre cabezota, duro en la defensa de sus convicciones", dijo de él Roberto Baggio en su autobiografía Una porte nel cielo. Trap es único. Durante la fase de clasificación se puso en ventaja para obtener el pase a la repesca tras firmar un cero a cero a la italiana en Moscú. Y lo firmó tras superar primero a Armenia y luego a Estonia, disminuidas por dudosas expulsiones. Irlanda festejó, pero tampoco obvió la crítica. Según una encuesta del Irish Times, diario de referencia en el país, un 34% de los aficionados no querían que el técnico fuera renovado. Pero seguirá y a su vera estará otro mito: Marco Tardelli.