Wilkinson abandona la selección inglesa

No corren buenos tiempos para la selección inglesa de rugby. Tras la eliminación del Mundial de Nueva Zelanda, a la que acudía como favorita, y con una actuación que ocupó más titulares por motivos extradeportivos que por lo que hicieron los jugadores en el campo, siguió la dimisión del seleccionador, Martin Johnson, capitán del equipo que conquistó el Mundial de 2003. La semana pasada, una lesión de cuello retiró a otro veterano de ese torneo, Steve Thompson. Hoy se ha quitado la rosa del pecho Jonny Wilkinson, de 32 años, el buque insignia de aquel histórico equipo, el Golden Boy del rugby inglés, el héroe de aquella final, el jugador que anotó los tres puntos decisivos en el último minuto de la prórroga con un drop de casi 40 metros chutando con su pierna menos buena, la derecha. "He llegado el momento de ser conscientes de que he llegado tan lejos como podía con el equipo de Inglaterra. Es la hora adecuada para que otros disfruten del mismo honor y orgullo que yo he sentido", ha escrito en su página web.

"La retirada me entristece, pero me considero afortunado por todo lo que he podido disfrutar y vivir con la camiseta de Inglaterra", ha continuado el apertura. Wilkinson se convirtió hace 13 años en el jugador más joven en enfundarse la camiseta del XV del Cardo, cuando debutó contra Irlanda con 18 años y 314 días, un récord que ha mantenido hasta este año, cuando se lo ha arrebatado su compañero en el Mundial Manu Tuilagi. Desde entonces, ha jugado 91 partidos internacionales, ha ganado cuatro Seis Naciones (2000, 2001, 2003 y 2011) y, además del Mundial de 2003, ha participado en otros tres, llegando a la final en 2007. Es el segundo máximo anotador de la historia del rugby internacional con 1246 puntos, 1179 con Inglaterra y 67 con los British and Irish Lions (una selección de los mejores jugadores de la islas británicas). Pero la carrera internacional de Wilko ha estado tan marcada por sus éxitos como por las lesiones, como él mismo ha reconocido en su despedida, y que le obligaron a abandonar la selección durante varios años tras la consecución del Mundial: "Pensar que he jugado cuatro Copas del Mundo, dos tours con los Lions y 91 partidos internacionales pese a una cantidad ridícula de lesiones y otros contratiempos me hacen tener una sensación de plenitud. Pero me conozco lo suficiente como para saber que nunca estaré satisfecho".

Lo que más destaca de Wilkinson es su precisión como francotirador con el pie. Por eso la sorpresa fue mayúscula cuando en el primer partido de la última Copa del Mundo contra Argentina falló cinco de los ocho lanzamientos a palos. También sorprendió que acabara el torneo con un pobre 58% de acierto a balón parado. Pese a esta característica, es un gran placador y tiene una gran visión de juego. Por ello, cuando Martin Jonhson se hizo cargo de la selección en 2010 no dudó en recurrir a su excompañero para liderar a Inglaterra en el Seis Naciones, y el apertura tuvo un papel importante en la consecución del título de este año.

En su despedida le ha dedicado una última frase de agradecimiento a sus técnicos durante el Mundial, muy criticados por la prensa inglesa. "Le deseo a Stuart Lancaster [entrenador interino de Inglaterra] y a la selección todo el éxito posible. Pero sobre todo quiero desearle lo mismo a Martin Johnson y los técnicos durante el pasado Mundial, porque han sido fantásticos y se merecen que la gente lo sepa". Por ahora Wilko seguirá jugando con su club, el Toulon. El XV de la Rosa continuará con su renovación y buscará un nuevo héroe para el Mundial de 2015, que se disputará en Inglaterra.