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"Muchos cogen olas gigantes solo para colgarlas en youtube"

Tony Butt, (Bournemouth, Inglaterra, 1961) lleva los últimos cuatro años atrincherado en su refugio de La Caridad, Asturias, buscando y estudiando olas gigantes. Estuvo tres años escarbando los acantilados asturianos hasta dar con buenas rompientes. Considerado como uno de las personas que mejor conoce las corrientes del Cantábrico, vivió siete años en Sopelana atraído por la ola derecha de Meñakoz. Licenciado en Ciencias del Mar y doctorado en Oceanografía Física por la Universidad inglesa de Plymouth, Butt, inconformista y purista, trabaja como freelance haciendo predicciones meteorológicas y oceanográficas para web inglesas y estadounidenses.

Pregunta. ¿Cómo empezó su afición por las olas grandes?

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Respuesta. Estuve viviendo siete años en el País Vasco, en Sopelana. Cogía siempre olas en Meñakoz. Es la mejor ola, grande, de clase mundial, una derecha preciosa. Laprobé cuando llegué de Inglaterra por primera vez hace 20 años y la pude estudiar a fondo. En las olas grandes hayque estar mucho tiempo en el agua para conocerlas bien y ver en qué condiciones climatológicas ocurre; diferentes direcciones de viento, mareas,... Hay miles de combinaciones posibles. Cuando hay algo que aprender, cuando se mantiene el misterio es cuando disfruto. Empujando los límites. Pero después de 10 años surfeandola, al final, no aprendes más y necesitas expandir el horizonte. Además, cada vez había más gente en Meñakoz...

P. Y llegas a Asturias.

R. Sí. Estuve tres años recorriendo la costa asturiana en busca de post (lugares) buenos para coger olas. Vuelves muchas veces al mismo sitio para ver de que forma rompen cada día. De unos cien sitios que visitas luego son dos o tres los que merecen la pena. Lo bueno de surfear olas grandes es que no hay gente. No puedo con las masificaciones. No soy competitivo, me pongo nervioso con mucha gente en el agua. Además me gusta estar solo. En las olas grandes, normalmente la ola rompe lejos y esa soledad me gusta, paradójicamente te da más tranquilidad. A veces siento miedo cuando no sabes dónde va a romper la ola y lo hace encima de ti. Es normal sentir miedo pero también sientes paz. La tranquilidad se percibe de una forma intensa. Estás tan concentrado que las sensaciones son más agudas, tienes los sentidos en alerta porque tienes que concentrarse para no caerte. Lo pasas mal. Pero ese grado de conciencia te hace estar más vivo. Después te quedas muy relajado. A lo largo de los 20 años que llevo cogiendo olas grandes, recuerdo una ola en 1996 en Meñakoz que duró unos pocos segundos pero se queda en la memoria para toda la vida. Son 10 segundos entre que remas y desciendes la ola pero no se olvidan. En Asturias, me ha costado encontrar algún sitio bueno de olas grandes. Pero no puedo revelar el sitio porque mis amigos me matarían. Es una ola como Mundaka pero dos veces más grande y más larga. Lo malo que rompe pocas veces al año.

P. ¿Por qué hay tan buenas olas de gran tamaño en Euskadi?

R. Es más fácil coger olas allí. Estos días ha habido mucho viento y oleaje. Pero la clave es que tiene que haber una borrasca en el Atlántico Norte a la altura de Irlanda e Islandia. Además, en Euskadi se tiene que dar un anticiclón para que no haya mucho viento y así las líneas de las olas lleguen limpias para poder hacer surf. Es decir, borrasca lejos de la costa y anticiclón cerca. La ubicación de la costa en la zona norte es casi perfecta porque no está demasiado lejos de las borrascas ni demasiado cerca. Si bajas demasiado a Canarias, al oeste de África, las olas llegan limpias pero sin fuerza. En el norte de España estamos en el medio. Las primeras olas que manda la borrasca suelen ser muy buenas porque son rápidas, se conocen como mar de fondo, tienen más fuerza y vienen más limpia, líneas rectas. Al día siguiente puede haber olas más grandes pero no tan limpias.

P. ¿De dónde viene tu interés por el mar?

R. Hace 40 años empecé hacer surf, tenía diez años. Cuando me hice mayor no pude estudiar Oceanografía porque no existía la licenciatura así que estudié Ingeniería Técnica. Trabajé como técnico electrónico, un trabajo que me daba tiempo libre para hacer surf pero diez años después volví a la universidad e hice oceanografía. Pero siempre me interesó el mar, tenía miles de preguntas y la única forma de encontrar respuestas fue estudiar.

P. ¿Se viven muchas situaciones límite cogiendo olas dediez metros?

R. Soy muy calculador. Estudio las situaciones casi de forma científica. Si veo que no es practicable no me meto en el agua. Pero a veces pasan cosas que no te das cuenta, por ejemplo, cuando no estás en forma y no controlas tu propio cuerpo. Piensas que puedes pero no lo consigues. En Meñakoz, me pasaron cosas que piensas que no te pueden ocurrir. Por ejemplo, cuando te cae encima una ola mientras esperas porque ha roto más atrás. Con la espuma, si es de seis metros, tienes que hacer algo; bucear, tirarte de la tabla. Ésta se queda en la superficie, respiras y vas hacia abajo para evitar toda la turbulencia. Normalmente sales, pero cuando te cae otra encima y te vuelve a meter bajo el agua sin salir a la superficie, esto crea mucho miedo porque piensas que va a volver a pasar. Sin embargo, cuando estás en posición para dar la vuelta y remar, estas tan concentrado que no tienes miedo. Bajar la ola no da miedo porque estás al cien por cien comprometido. Cuando bajas te puedes caer pero no es lo que asusta. La ola más grande que he cogido ha sido con 48 años en Asturias. Cuando cumplí 30 pensé que iba a bajar el pistón por la edad pero seguí con olas grandes porque estaba en forma. A los 40 me lo volví a plantear pero ahora tengo 50 y es sorprendente que siga ahí con ganas.

P. ¿Cómo se compagina el surf con el trabajo cuando no se es profesional?

R. Trabajo para trece personas diferentes como freelance. Hago predicciones de olas en una página web, www.lunasurf.uk, para Inglaterra y EE UU sobre 18 áreas, desde el Canal de la Mancha, Irlanda, Golfo de Bizkaia, Galicia y Portugal. Lo hago al estilo de la escuela vieja, con tiempo y guiándome en parámetros como las corrientes, los vientos o las borrascas. No son predicciones instantáneas. Además, trabajo como investigador, escribo libros, artículos y colaboro con centros de investigación como Azti-Tecnalia en San Sebastián.

P. ¿Facilitan las nuevas tecnologías estar en el sitio adecuado para coger una gran ola?

R. Las páginas web ayudan porque te dan predicciones de olas fácilmente. Solo falta que te digan la tabla y la camiseta que tienes que llevar. Es cómodo para la gente pero el problema es que no se preocupan se saber más sobre las condiciones climatológicas. Solo quieren saber a qué hora y dónde tienen que estar preparados. A mí esto no me gusta y pretendo que la gente profundice más en conocer el mar porque sino se pierden los conocimientos. La generación de ahora no sabe nada de los océanos, con el GPS les basta. Hay parámetros que hay que conocer; la fuerza del viento, periodo de las olas, es decir, la separación de una ola y otra. Hace diez años no había mucha información pero se sabía lo que eran estos parámetros.

P. Eres crítico con la visión de espectáculo que ofrece el surf de olas grandes.

R. Sí. Hay gente que lo hace por razones equivocadas sin darse cuenta. En el mundo de las olas grandes muchos lo hacen por el momento después en vez de disfrutar en el agua con el entorno en un plano más espiritual. Lejos de la hipoteca y los problemas cotidianos. Lo que hacen es pensar en las fotos o el vídeo que les están haciendo y que luego van a colgar en youtube. Es lo decepcionante hoy en día del surf que lo hagan por ser el mejor y quedar bien después.

El oceanógrafo inglés, Tony Butt.
El oceanógrafo inglés, Tony Butt.

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