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BALONMANO/ FINAL COPA ASOBAL

El Barcelona ofrece la mejor versión de Laszlo Nagy

Los azulgrana superan al Ademar y se convierten en los más galardonados en la Copa Asobal (27-28)

Nunca un partido de balonmano lo decide un solo jugador. Pero es cierto que a veces una brillante actuación resulta clave para relanzar al equipo y conseguir una reacción que le lleve a la victoria. Y eso fue lo que ocurrió en la final de la Copa Asobal que esta noche se disputó en el Palacio de Deportes de León en la que el Barcelona se impuso al Ademar León por 27- 28 . Si un hombre resultó determinante sobre la pista, ése fue el húngaro Laszlo Nagy.

Fichado por Valero Rivera cuando todavía era una promesa, este jugador de 2,09 metros, se ha convertido a los 30 años en el gran lateral que había vislumbrado el actual seleccionador español. Tardó. Y creó muchísimas dudas. Pero al final, Nagy ha encontrado su sitio, y su estabilidad le está convirtiendo en un hombre clave en el Barça actual. No es algo sencillo. Porque el Barça de Xavi Pascual se ha consolidado como uno de los mejores equipos de Europa. Lo demuestra el hecho de que en los dos últimos años, los azulgrana han disputado la final de la Champions League y la ganaron este año -temporada pasada- como colofón a una espléndida campaña en la que conquistaron los dos grandes títulos: Liga y Copa de Europa.

Ademar, 27 - Barcelona, 28

27 - Reale Ademar (9+18): Losert (Álamo); Krivoschlykov (1), Di Panda (1), Carou (-), Ferrer (2), Jaime González (-), Stranovsky (5, 1 p), Antonio García (7), Baena (2, 1 p), Ruesga (3), Andreu (3), Cutura (1), Borges (2).

28 - FC Barcelona Intersport (12+16): Saric; Tomás (2), Nagy (9), Sorhaindo (4), Sarmiento (2), Rutenka (5), Juanín García (3), Virán Morros (-), Jermenyr (-), Entrerríos (2), Aguirrezabalaga (-), Rocas (-), Noddesbo (-), Ugalde (1).

Árbitros: Raluy López y Sabroso Ramírez. Excluyeron por dos minutos a Carou, Andreu, Jaime González, por el Ademar, y a Nagy, Ugalde, Jernemyr y Tomás, por el FC Barcelona.

La actuación de Nagy acabó por desbordar la defensa del Ademar, muy bien acompañado por Rutenka en el otro lateral y a veces en el pivote y por los dos centrales, Sarmiento y Raúl Entrerríos. Sin embargo, toda la brillantez del ataque no hubiera bastado para ratificar la superioridad del Barça, a no ser por la solidez de una defensa fortalecida, sin duda, con la incorporación de Viram Morros, y por las paradas del portero Daniel Saric, brillante bajo los postes.

El Ademar nunca se rindió. Sabía que se medía a un gran equipo y desplegó todo su potencial para intentar superarle. Jugaba en casa y contó con el apoyo de un público incondicional que le fue levantando hasta que los árbitros pitaron el final. Las acciones de Antonio García, certero en el disparo y resolutivo en los seis metros, las paradas de Losert, la aportación de Baena de Andreu y del extremo Stranovsky evitaron que el Barça se fuera en el marcador. La emoción se mantuvo hasta el final. El Barça perdió ventajas de cuatro y tres goles y permitió que el Ademar se acercara hasta un gol (27-28) a falta de 30 segundos. Allí tuvo incluso la ocasión de igualar el partido, pero Saric lo impidió.

El Barça no dejó escapar su ocasión de anotarse la séptima corona en la Copa Asobal y convertirse así en el equipo más laureado en esta competición. El gran mérito de Pascual no es solo contar con Nagy o Saric. Su gran aportación al club azulgrana ha sido ir remodelando la plantilla hasta lograr la unión de grandes individualidades y trabajadores indispensables para consolidar la defensa: la base indispensable para que un equipo funcione. Y todo ello, manteniendo la unidad en el vestuario. Por eso gana el Barça. Por eso ahora mismo es uno de los mejores equipos de Europa.

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