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Pablo gana la espalda al Levante

Los pases del extremo remarcan la supremacía del Valencia en un derbi con 11 tarjetas

Experto en los pases a la espalda de la defensa, Pablo repartió dos entre sus compañeros (Jonas y Piatti) para remarcar la supremacía valencianista en el derbi. Facilitada por las numerosas bajas por lesión en la escueta plantilla granota. Noche accidentada, de muchos caídos, y 11 tarjetas amarillas tras ensuciarse el encuentro en la segunda parte. Indómito el Levante, pagó al final su valentía al ser pillado en la contra apuntalada por Tino Costa que deja casi resuelta la eliminatoria.

Todo ha sido difícil para Piatti desde que llegó a Mestalla. Le marcó un gol legal al Atlético de Madrid anulado por un inexistente fuera del juego. Perdió la confianza de Emery y comenzó a calentar banquillo. Jugó poco y con la confianza por los suelos, dañado por una comparación imposible con Mata, sin poder sacar partido de su velocidad supersónica. Y para una vez que la suerte se puso de su parte, al filo de la primera parte, marcó pero antes recibió una patada terrorífica del portero levantinista, Keylor Navas, en su salida desesperada. Le clavó los tacos en la tibia justo después de haber rematado a gol. Superados los primeros instantes de dolor, se marchó renqueante pero feliz al vestuario. Agradecido a un pase extraordinario inventado por Pablo, un espacio imaginado entre el portero y la espalda de Javi Venta, desde el pico derecho del área grande hasta el segundo palo, ligeramente combado.

Valencia, 4 - Levante, 1

Valencia: Diego Alves; Barragán, Rami, Víctor Ruiz, Jordi Alba; Pablo (Feghouli, m. 67), Albelda, Tino Costa, Piatti (Banega, m. 73); Jonas (Aduriz, m. 83) y Soldado. No utilizados: Guaita; Topal, Bruno y Mathieu.

Levante: Keylor (Munúa, m. 46); Javi Venta, Ballesteros, Cabral, Juanfran; Iborra, Xavi Torres, Pallardó; Barkero (El Zhar, m. 12), Roger (Jordà, m. 71); y Koné. No utilizados: Nano, Higón, Del Horno y Farinós.

Goles: 1-0. M. 23. Jonas. 2-0. M. 30. Soldado. 2-1. M. 36. Koné, desde fuera del área. 3-1. M. 45. Piatti, tras un centro de Pablo. 4-1. M. 93. Tino Costa.

Árbitro: Paradas Romero. Amonestó a Xavi Torres, Cabral, Roger, Soldado, Alba, El Zhar, Juanfran, Jonas, Diego Alves, Iborra, y Tino Costa.

Unos 35.000 espectadores en Mestalla.

Pablo fue el jugador más decisivo de la primera parte. Supo concretar la superioridad local interviniendo en las tres acciones de gol. Un servicio a Jonas en el primer tanto, una acción por la derecha remachada por Soldado tras un rechazo de Javi Venta en el segundo y... la obra de arte en el tercero. El Valencia encontró así una correspondencia entre su juego y el resultado, maquillado por un latigazo inesperado de Koné desde el borde del área. Pero JIM había tratado tan solo de sobrevivir. Acuciado por las bajas y la escasez de su banquillo, el técnico del Levante optó por pertrechar al equipo con un trivote en el centro del campo (Xavi Torres, Pallardó e Iborra). Sin alas que oxigenaran las arrancadas de Koné. Sin poderío ofensivo más allá de alguna acción del marfileño.

Limitada todavía más la apuesta granota con la lesión de Barkero, en el minuto 8, tras un tirón muscular. Es el precio del éxito. De estar en los cuartos de final de la Copa del Rey por primera vez en 70 años. Y en el cuarto puesto de la tabla de la Liga. La plantilla se le va cayendo por dolencias (Juanlu, Valdo, Rubén y Barkero) y la inminente marcha de Nano al fútbol chino.

La vuelta de Soldado también tuvo mucho que ver en la victoria valencianista. No solo ya por sus goles, sino por la presión sobre la defensa contraria. Esa explosividad en la arrancada le permite atosigar al adversario, como en el primer tanto: le robó la pelota a Pallardó en la medular y pilló desarbolada a la defensa azulgrana, que había subido a rematar un córner.

De la entrada de Keylor Navas a Piatti salió malparado el portero costarricense, sustituido en el descanso por el titular, Munúa. El parte de bajas no se detuvo ahí: Pablo Hernández se retiró tras la reanudación por otra lesión muscular. El estado del césped, muy blando, no parece ajeno a la sucesión de contratiempos musculares.

El fútbol se enfrió y aparecieron los piques arrabaleros: Ballesteros frente a Jonas, primero, y después frente a Piatti, en un duelo separado por casi 20 centímetros de altura y más de 30 kilos a favor del capitán azulgrana. Piatti se marcharía poco después, todavía tocado por la patada de Keylor Navas. Jonas estuvo metido en todos los líos. Y Soldado, a punto de ser expulsado tras pisarle el muslo a Cabral y, minutos después, darle un pelotazo al balón cuando el árbitro ya había pitado. El partido se había ensuciado definitivamente. A Emery no le gustaba un pelo y decidió sustituir a un Jonas desquiciado por Aduriz.

Lejos de caer en las redes de la fatalidad, el Levante plantó cara hasta el final. Y tras una internada de Pallardó, el disparo esquinado de Koné se encontró con una magnífica mano izquierda de Diego Alves, un guante pegado al palo izquierdo. Volcado el Levante en busca de un segundo gol, el Valencia halló la contra con mayoría en efectivos. El pase de Feghouli al balcón del área fue un regalo precioso para la potencia zurda de Tino Costa, afortunado en el rebote defensivo.

Jonas y Soldado celebran  uno de los goles
Jonas y Soldado celebran uno de los golesHEINO KALIS (REUTERS)

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