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Un grito de gol, un grito de paz

El jugador azulgrana Keita marcó el gol decisivo de Malí para alcanzar las semifinales de la Copa de África y lo festejó pidiendo el alto al fuego en su país

Mientras Keita se frotaba la cara camino del punto de penalti, había personas en el norte de Malí, su país, intentando escapar del conflicto que enfrenta al Ejército y al pueblo tuareg. 20.000 personas han huido del país africano desde mediados de enero, según ACNUR, al mismo tiempo que su selección ganaba tres partidos y perdía uno en la competición africana. Keita murmuraba el pasado domingo sobre la línea del área, preparado para lanzar la última pena máxima de la tanda de penaltis de los cuartos de final ante Gabón. El medio del Barcelona miró fugazmente al árbitro y ajustó el balón al palo izquierdo, cerca del brazo del portero. Fue gol. Su selección estaba clasificada, algo que no completó la felicidad de Keita. Así lo expresó en la rueda de prensa posterior, cuando se le asomaban las lágrimas a los ojos. "Le pido a la gente que pare. No es normal, nosotros no hacemos eso. Necesitamos paz, todos somos malienses", alcanzó a decir con la voz entrecortada. Su grito de gol se convirtió en un grito de paz. Hoy se enfrenta en semifinales -escalón que no pisaban desde hace ocho años- a la selección favorita, la Costa de Marfil de Drogba (20.00, Eurosport).

"El presidente de Malí [Amadou Toumani Touré] debe hacer todo lo posible para detenerlo. Celebramos nuestra victoria, pero nos sentimos tristes", prosiguió Keita en Libreville, Gabón, a miles de kilómetros de su país natal, donde desde el pasado 17 de enero se enfrentan el Ejército maliense y un grupo separatista del norte del país. Por eso habló Keita; por eso recogió el hilo, justo antes del decisivo encuentro, Alain Giresse, el seleccionador: "Keita habla por todo el equipo".

Salvo dos de los tres porteros, los jugadores que defienden la camiseta de Malí juegan fuera de su país, la mayoría en Ligas europeas, sobre todo en la francesa. Cuenta, sin embargo, con el último representante de una competición española, Keita, quien además del penalti que transformó ante Gabón le dio la victoria a su equipo ante Botsuana con un disparo desde fuera del área. Es el líder del equipo, toda una exigencia para el duelo ante Costa de Marfil, y habló como el líder del país.

Seydou Keita, momentos antes de marcar el penalti ante Gabón que clasificaría a Mali para las semifinales de la Copa de África, el pasado 5 de febrero.
Seydou Keita, momentos antes de marcar el penalti ante Gabón que clasificaría a Mali para las semifinales de la Copa de África, el pasado 5 de febrero.THOMAS MUKOYA (REUTERS)

El despertar de Drogba

Campeón de tres Ligas y otras tres Copas inglesas con el Chelsea, incluido en el mejor equipo de la década de la Premier, de la que ha sido pichichi dos temporadas, considerado en 2009 el mejor futbolista del año en África por la Confederación Africana de Fútbol... Es Didier Drogba (Abidjan, 11 de marzo de 1978), que despertó el pasado domingo en la Copa África, tras una fase clasificatoria en la que no tuvo que esforzarse mucho para que Costa de Marfil quedase primera de grupo. Lo pagó Guinea Ecuatorial, a la que le hizo un doblete en cuartos de final. Sus tres goles en lo que va de competición (el otro lo marcó frente a Sudán) le mantienen como el máximo artillero de la competición junto a otros cuatro jugadores, todos eliminados salvo el zambiano Katongo. El marfileño intentará superarle ahora, cuando su selección se enfrente a Mali en semifinales.

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