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Lorbek apuntilla un pulso descomunal

El esloveno aúpa al Barça ante un Caja Laboral que se desvanece al final: 66-57

Robert Álvarez

Lorbek pronunció la última palabra para el Barça Regal en el apasionante discurso de dos equipos entregados en cuerpo y alma a un intercambio descomunal, de canastas, de trampas defensivas, de errores forzados y no forzados, de enredos y desenredos tácticos, dos equipos sometidos a una tensión mayúscula durante muchísimos minutos, desde el principio hasta casi el final, hasta que se colapsó el Caja Laboral.

El Barcelona se ganó el pase a la final, en la que tendrá la oportunidad de sumar su tercer título consecutivo, tras desatacar un marcador que reflejó la intensidad, la lucha a brazo partido a la que se entregó en pie de igualdad durante casi todo el tiempo con el Caja Laboral. El equipo de Dusko Ivanovic, arrancado por Lampe, sostenido por San Emeterio, alimentado por Teletovic, se desvaneció en el último cuarto. No fue capaz de seguir respondiendo por más tiempo a tanto intercambio, al juego de aluvión de un Barça capaz de asimilar el nefasto día de Navarro, que falló los nueve tiros que intentó y se quedó en tres puntos, los que obtuvo desde la línea de tiros libres. El Caja Laboral, pese a que logró cinco míseros puntos en el último cuarto, nunca dejó de transmitir la sensación de que llegó hasta el límite, de que vendió muy cara, carísima, su piel.

Anulado Navarro, y en ello tuvo mucho mérito tanto Pau Ribas como la defensa de equipo del Caja Laboral, tuvo que superarse Erazem Lorbek. El pívot esloveno fue un paso más allá en la ya de por sí espléndida temporada que está cuajando y cerró el duelo con 26 puntos, cuatro rebotes y tres asistencias. Lorbek fue el sostén del Barcelona, el seguro de vida en ataque durante las fases en las que Navarro, Marcelinho, igualmente fuera de foco, e incluso Eidson y Mickeal, a los que les costó acabar viendo canasta. Sada le enmendó la plana al base brasileño y esa fue otra de las claves: logró reducir a la mínima expresión los daños que suele causar Pablo Prigioni.

BARCELONA: 66 C.LABORAL: 57

  • Barcelona Regal: Huertas (2), Mickeal (5), Eidson (7), Lorbek (26), N'Dong (8) —cinco inicial—, Navarro (3), Vázquez (8), Rabaseda (2), Sada (5), Wallace (-) e Ingles (-).
  • Caja Laboral: Prigioni (-), Oleson (2), San Emeterio (12), Teletovic (15), Lampe (10) —cinco inicial—, Ribas (2), M. Bjelica (9), N. Bjelica (3), Walsh (2) y Heurtel (2).
  • Parciales: 19-18; 15-15; 14-19 y 18-5.
  • Árbitros: Hierrezuelo, Redondo, Conde. Sin eliminados.
    14.700 espectadores en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
  • Primera semifinal de la Copa del Rey.

Ivanovic sorprendió alineando en el quinteto inicial a Lampe, el pívot polaco que ha reaparecido hace poco después de una grave lesión. Tan capaz de percutir desde debajo del aro como desde la media distancia, Lampe marcó el paso y tiró de su equipo. Junto a San Emeterio y la buena dinámica de juego del Caja Laboral, el Barcelona se vio de buenas a primeras sin la onda precisa para mantener el tipo (4-12). El síntoma más evidente fue que en esos compases iniciales el Barcelona perdió muchos más balones, falto de fluidez y de sincronización, algo que quedó patente en el par de ocasiones en las que agotó la posesión sin llegar a tirar. Pascual recompuso a los suyos, le dio cuerda Sada, envió a Rabaseda a frenar a San Emeterio y con Lorbek y también Vázquez y Ndong logró revertir el panorama inicial. A partir de ahí la igualdad fue extraordinaria.

El toma y daca puso a prueba la dureza física y mental de las dos escuadras. Cualquier pequeño detalle, cualquier acción, podía marcar el punto de inflexión. No hacía falta llegar al último minuto. Así fue. El Barcelona, por detrás tras el tercer cuarto (48-52), embistió como un toro en el último tramo. Lampe puso el 51-54. A partir de ahí, Ndong, un rebote de ataque con canasta y tiro adicional de Mickeal, y una serie de intercambios de fallos concluida por fin con otra canasta de Ndong y un triple de Lorbek abrieron una brecha importante: 62-54.

Quedaba un mundo, casi cinco minutos, pero el desgaste había sido tal que el triple de Bjelica significó el canto del cisne para un Caja Laboral indomable en su esfuerzo, pero que ya fue incapaz de volver a anotar un solo punto más ante un Barça que concluyó al galope, volando hacia su tercera final consecutiva.

Pascual: “Hemos sacado el carácter y lo mejor de nosotros”

R. ÁLVAREZ | Barcelona

El estadounidense Audi Norris peina canas. Atomic Dog, el pívot de Jackson, Misisipi, tiene 51 años y se ha asomado al Palau Sant Jordi para reencontrarse con viejos amigos y observar a los herederos de su dorada etapa en el Barcelona y de paso disfrutar de la tercera final consecutiva de su antiguo club, que se enfrentará al Real Madrid. Si el Barça gana, será su tercer título seguido, lo que no ha conseguido nadie en los últimos 50 años de la competición.

“El partido ha sido muy duro, somos dos equipos que nos hemos enfrentado 27 o 28 veces en tres años, dos equipos que nos conocemos mucho y son partidos de punto a punto. El Caja Laboral es uno de los mejores equipos de Europa”, explicó Xavi Pascual, el técnico azulgrana, sobre la semifinal que enfrentó a los suyos contra el equipo vasco. “En el último cuarto hemos sacado carácter y lo mejor de nosotros”, añadió antes de apuntar al pívot Erazem Lorbek, autor de 26 puntos, como el hombre clave en la victoria. “Ha estado muy bien, ha tenido mucha continuidad en el esfuerzo y en el juego, se ha beneficiado de lo que buscamos, y sabíamos que podíamos encontrarle en un partido como este”.

“Ha sido un partido muy difícil, y hemos conseguido cambiar el ritmo del partido en el último cuarto y esto ha sido clave”, dijo el jugador del Barcelona. “Pienso que en el inicio del último cuarto hemos conseguido defender muy bien y además hemos logrado anotar algún tiro más desde fuera que nos ha facilitado un poco todo”, cerró.

El Caja Laboral fue el dominador hasta el inicio del cuarto final. “Antes del último cuarto teníamos el partido donde queríamos y cómo lo habíamos planeado, pero luego no hemos sabido rematar el trabajo de 30 minutos, ellos han jugado muy bien entonces. Han cogido una ventaja que ha sido insalvable”, resumió San Emeterio, visiblemente serio y uno de los encargados de parar a Juan Carlos Navarro. Junto a Pau Ribas, el Caja Laboral consiguió que la estrella del Barcelona no anotara ninguno de sus nueve tiros de campo, y que por primera vez desde 2002 no sumara ningún triple en un partido de la Copa del Rey. “Pero toda la paciencia de los primeros treinta minutos”, valoró el jugador del Caja Laboral; “no la hemos tenido sobre todo en los cinco primeros minutos del último cuarto, y eso lleva a fallar tiros. Es verdad que ellos han estado más acertado que nosotros y eso les ha dado la victoria”, zanjó.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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