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El Mallorca vuela a balón parado

El Chori Castro inspira al equipo bermellón y firma los cuatro pases de gol ante un Villarreal nefasto en defensa (4-0)

Pereira trata de controlar el balón entre los jugadores del Villarreal, Joan Oriol y Borja Valero.
Pereira trata de controlar el balón entre los jugadores del Villarreal, Joan Oriol y Borja Valero.MONTSERRAT T. DIEZ (EFE)

No suele brillar el juego del Mallorca, un equipo armado para la contención y que suda sangre para producir ocasiones claras de gol. Pero los de Caparrós saben aprovechar sus bazas, y más aún cuando el rival ofrece tantas facilidades defensivas como hizo el Villarreal. Mención especial merece la actuación del uruguayo Gonzalo Castro, cuyas botas firmaron las cuatro asistencias de gol de la tarde.

El Villarreal había comenzado a enderezar su rumbo en Liga tras encadenar un empate y dos victorias, y encaraba el duelo ante un rival directo como un punto de inflexión. La victoria habría permitido a los castellonenses escapar del furgón de cola y alzar la vista hacia objetivos más ambiciosos. Tras salir goleado de Son Moix, el equipo que dirige José Molina deberá replantearse su exceso de inocencia en las dos áreas.

MALLORCA, 4 - VILLARREAL, 0

Mallorca: Aouate; Crespí, Nunes, Ramis, Cáceres; Pereira, Martí (Zuiveloon, m.70), Tissone (Pina, m.82), Castro; Víctor y Hemed (Alfaro, m.67). No utilizados: Calatayud; Nsue, Ogunjimi, Álvaro.

Villarreal: Diego López; Mario, Gonzalo, Musacchio, Joan Oriol; Senna (Hernán Pérez, m.81), Bruno; Cani (Castellani, m.69), Borja Valero, Camuñas (Martinuccio, m.45) y Marco Rubén. No utilizados: César; Zapata, Marchena, De Guzmán.

Goles: 1-0. M. 40. Víctor, de cabeza, a pase de Castro. 2-0. M. 51. Martí cabecea ante la salida en falso de Diego López. 3-0. M. 63. Víctor culmina un contragolpe. 4-0. M. 66. Nunes, de cabeza, a la salida de un córner.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Senna, Tissone, Nunes, Crespí, Diego López, Pina.

Iberostar Estadi: 12.881 espectadores.

El Mallorca sacó las uñas de inicio, aunque, como viene siendo habitual, reculó con el paso de los minutos. De la mano de Borja Valero, el Villarreal comenzó a sentirse cómodo buscando el juego interior. Hasta que un contragolpe, minutos antes del descanso, cambió el signo del partido. Obligado a salir más allá de sus dominios, Diego López derribó a Hemed. La falta, escorada a la izquierda, la botó con rosca Castro, y la defensa amarilla dimitió en pleno, permitiendo que Víctor embocase de cabeza en el área pequeña. La jugada se repitió en el arranque de la segunda mitad, esta vez desde el flanco derecho: colgó el balón Castro, salió en falso el guardameta y cabeceó a la red Martí.

Con los cambios, Molina trató de ofrecer nuevos socios en ataque a Borja. Pero, atrás, la vía de agua era demasiado grande. El Mallorca tenía el partido a su gusto. Una contra de libro sirvió para que Víctor, habilitado de nuevo por Castro, sumara el tercero para los locales. Y el cuarto llegó, otra vez, a balón parado. Sin hallar oposición en el área grande, Nunes remató de cabeza el enésimo servicio del uruguayo. En una de sus tardes más inspiradas, Castro fue el verdadero motor de su equipo.

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