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“Estamos haciendo grandes cosas”

Ricky Rubio cautiva a la NBA con sus alardes en el partido de las figuras emergentes

Robert Álvarez
Ricky Rubio durante el partido del All Star
Ricky Rubio durante el partido del All StarMIKE EHRMANN (AFP)

“No pudimos ganar, pero nos divertimos muchísimo y lo he disfrutado. Somos jóvenes, pero lo estamos haciendo bastante bien en la NBA. Estamos haciendo grandes cosas”. Más contento que unas pascuas concluyó Ricky Rubio su primer contacto con el All Star, en el que sirvió un menú de degustación de sus jugadas más mágicas en el partido de las promesas, las figuras emergentes.

 El espectáculo entre dos equipos elegidos por Charles Barkley y Shaquille O’Neal, como si de baloncesto en la calle se tratara, estaba garantizado. Pero la cuenta corrió a cargo de Ricky, un imán para el público y las cámaras de televisión, el más desinhibido y natural en la sucesión de florituras, y de un talentoso Kyrie Irving, el base de los Cavs de Cleveland, número uno en el último draft.

La perla de los Wolves de Minnesota levantó la admiración con una primera canasta en una bonita penetración con finta incluida. Prosiguió con un pase por la espalda y una asistencia a Morris; otro por debajo de las piernas de un pívot, Cousins, para habilitar a Griffin, que se explayó con uno de sus mates marca de la casa, y culminó con otro envío por detrás de la espalda que hizo volar el balón más de media pista hasta llegar a Walker, solo ante la canasta. “Me gusta este estilo de juego. Ha sido uno de esos partidos en los que puedes mostrar tu creatividad”, concluyó Ricky.

Fue el jugador más desinhibido

Lin, el mayor foco de atención en las dos últimas semanas por su repentina explosión en los Knicks de Nueva York y su particular epopeya vital, no tuvo influencia en el juego. Apenas estuvo nueve minutos en la pista y solo anotó dos puntos. Ricky saldó su primera experiencia con 12 puntos y siete asistencias.

El partido lo ganó de calle el equipo de Barkley (146-133), que había elegido un grupo más eficaz y compensado mientras que Shaquille buscó la colección de jugones, entre ellos Ricky, sin más.

Los de Barkley marcaron distancias pronto e hicieron valer la eficacia de Irving, que acabó con 34 puntos, con unas serie impecable de ocho triples en ocho intentos, además de nueve asistencias, y justificó los motivos por los que se adivina que será rookie del año. Irving fue elegido el jugador más valioso (mvp).

Ricky había empezado el día con lo que se dio en llamar un récord durante el entrenamiento a puerta abierta de la mañana. Anotó 18 veces en un minuto desde detrás del tablero. El anterior estaba en poder de Turner, con 14 puntos. Además, anotó tres triples desde el centro de la cancha durante una rueda de un par de minutos de todos los jugadores.

“Es una versión moderna de Pete Maravich” le piropeó Cole, base de Miami Heat, comparándole con la leyenda del baloncesto universitario y de la NBA a finales de los años sesenta y en los setenta del siglo pasado; “es probablemente el mejor pasador que estaba en la cancha. Puede poner el balón donde nadie. Ha sido estupendo jugar junto a él. He avisado a todos para que estuvieran alerta porque nunca sabes por dónde te va a salir. Siempre debes tener las manos preparadas”.

Ricky probó que es un jugador muy especial, capaz de maravillar a sus compañeros por su estilo y su eficacia y de captar la atención mediática, una joya de inestimable valor para la NBA.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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