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CICLISMO

SOS ciclismo: las carreras peligran

Volta y País Vasco, las citas más antiguas, en riesgo por falta de dinero público

Carlos Arribas
Xavier Zandio tira del pelotón durante la segunda etapa de la Volta 2011.
Xavier Zandio tira del pelotón durante la segunda etapa de la Volta 2011.EFE

“Tenemos problemas, como todos. Pero, en principio, este año vamos a salir”, dice Rubén Peris, organizador (sin ánimo de lucro) de la Volta a Catalunya, la carrera ciclista más antigua de España (el año pasado celebró su centenario), que sufre la carencia de patrocinio “público y privado” para mantener una de las competiciones españolas que figuran en el WorldTour, el nivel más alto del ciclismo. Los organizadores (también benévolos, sin ánimo de lucro) de la Vuelta al País Vasco (primera edición en 1924) y de la Clásica de San Sebastián, ambas también del WorldTour, lanzaron hace unos días, nueve meses después de que el Gobierno vasco les comunicara que reducía la subvención de 360.000 a 200.000 euros, su propio SOS: o alguien se movilizaba o dejaban de celebrarse desde ya.

La realidad que dibujan sus penurias está muy alejada del color rosa que tiñe el último comunicado de la Unión Ciclista Internacional (UCI), que proclama la magnífica salud económica del ciclismo basándose en el aumento de presupuesto de los 40 equipos profesionales (321 millones de euros, el 37% más que en 2009) y del salario de los corredores de los del World Tour, que ha pasado de 190.000 euros de media en 2009 a 264.000 en 2012.

“Los problemas de nuestras carreras reflejan, sobre todo, que se ha producido un cambio de modelo”, dice Patxi Mutiloa, director de Deportes del Gobierno vasco; “no podemos mantener un modelo sostenido solamente con dinero público, de ayuntamientos, diputaciones, gobiernos o cajas de ahorro”.

Mutiloa habla del fútbol, del baloncesto, del balonmano, de “la burbuja que acabará explotando” y también del ciclismo.

En España, los pequeños organizadores sobrevivieron primero porque hasta hace unos años Unipublic, dueño de la Vuelta a España, garantizaba la transmisión televisiva y posteriormente contando con el patrocinio casi exclusivo de gobiernos y organismos públicos. En Francia, el problema económico de las pequeñas carreras, como la París-Niza o la Dauphiné, acabó cuando el ASO, el organizador del Tour, que obtiene grandes beneficios del ciclismo, las absorbió. En España tal papel debería corresponder a Unipublic, una empresa de la que desde hace unos años ASO posee el 51%, y que maneja sus carreras casi prácticamente con patrocinadores privados.

ASO no ha mostrado apetito por la Volta, pero, en su momento, sí lo hizo por la Vuelta al País Vasco. De hecho, el 7 de mayo de 2010, según confirman fuentes de los asistentes, previendo que la crisis acabaría con el bienestar de los organizadores, se celebró una reunión en la que Unipublic ofreció hacerse con el 51% de la Vuelta al País Vasco a cambio de controlar completamente su organización. La oferta aún no ha tenido respuesta y ni siquiera el actual riesgo real ha fomentado nuevos acercamientos.

La crisis de la ronda vasca coincide en el tiempo precisamente con el regreso a Euskadi de la Vuelta a España en 2011. “Nosotros patrocinamos el año pasado la Vuelta española, con gran repercusión internacional, con 150.000 euros, pero en 2012 no daremos nada”, dice Mutiloa. “En efecto”, apunta Javier Guillén, el director de la Vuelta; “la etapa de Eibar, con la subida a Arrate, cuesta 30.000 euros que no saldrán del Ayuntamiento, sino de empresas privadas. Y la salida de Barakaldo cuesta 15.000. A las instituciones vascas la Vuelta les cuesta cero”.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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