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Carreras contra orden

El Sevilla, con su fútbol a ráfagas e impulsado por la efervescencia de Navas, no puede con el Atlético (1-1)

Rafael Pineda

Nervión disfrutó de un buen espectáculo, con dos equipos que aspiran a Europa revitalizados por dos entrenadores con hambre, Míchel y Simeone. En la tarea por hacerse competitivos y buscar el premio de la competición europea, Sevilla y Atlético de Madrid expusieron sus armas en un duelo de dominio alterno, de ocasiones para ambos, que finalizó con un empate que le sabe algo mejor al conjunto madrileño, que se plantó en Andalucía con ausencias de mucho calibre, esenciales en su equipo.

Jugó el Atlético con orden y disciplina y nunca le perdió la cara al encuentro. Lo hizo el Sevilla con valentía, asido al eterno recurso de Navas, incansable, y de Reyes, muy motivado y con ganas de reivindicarse, con su fútbol intermitente, pero de gran calibre. Carreras y conducciones frente a orden y brega. Todo acabó en una igualada justa, en un equilibrio que demostró que Sevilla y Atlético han mejorado sus prestaciones.

SEVILLA, 1 – ATLÉTICO, 1

Sevilla: Palop; Coke, Spahic (Fazio, m. 56), Escudé, Fernando Navarro; Navas, Medel, Rakitic (Trochowski, m. 56), Reyes; Kanouté y Babá (Manu, m. 73). No utilizados: Varas; Luna, Campaña y Guarente.
Atlético: Courtois; Juanfran (Perea, m. 90), Miranda, Domínguez, Filipe Luis; Mario, Gabi, Tiago (Pizzi, m. 80); Salvio, Adrián y Koke. No utilizados: Asenjo; Silvio, Assunçao, Fran Mérida y Luque.
Goles: 0-1. M. 8. Salvio. 1-1. M. 53. Babá.
Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Filipe Luis (conlleva suspensión), Medel (conlleva suspensión), Tiago, Salvio, Fernando Navarro, Juanfran y Domínguez.
Unos 40.000 espectadores en el Ramón Sánchez Pizjuán.

Simeone ya lo dejó claro. La posesión de balón, como concepto, no le interesa lo más mínimo. Tan atrevido comentario debe ir acompañado por un ideario en su Atlético de Madrid que no deje en agua de borrajas el trabajo táctico del entrenador argentino. Quizás por eso nadie le puede discutir al Atlético un sello, que puede gustar más o menos, pero que se plasma en un equipo intenso, eléctrico en el robo y la salida al contragolpe. En el añadido, un magnífico estudio del juego del rival.

Más preocupado de guardar la ropa que de lanzarse al cuello del enemigo, un Sevilla de perfil diametralmente opuesto. Este Atlético conservador, con sensibles bajas como las de Godín, Diego, Arda Turan o Falcao, supo desmontar, palmo a palmo, paso a paso, a un Sevilla partido en dos en una valiente apuesta de Míchel. Pocos son los equipos que juegan con dos delanteros, más futbolistas como Navas y Reyes también sensiblemente adelantados. En el inmenso hueco del centro del campo, Tiago, Gabi y Mario siempre actuaban en superioridad frente a Medel y Rakitic. El chileno, angustiado, no llegó a tiempo de cerrar un preciso centro de Gabi desde la banda. Salvio, de impecable remate de cabeza, adelantaba al Atlético en el marcador a los ocho minutos. Un gol que enfrió la pujanza del Sevilla y que le vino de perlas al planteamiento de Simeone. El Atlético, siempre en superioridad, apenas sufría, bien trabajado, con estupendas coberturas en bandas a los dos puñales del conjunto andaluz, Navas y Reyes. Ambos se perdieron en conducciones eternas, que apenas sobresaltaron en un inicio el ánimo del Atlético.

Contento con su superioridad táctica, apenas inquietada por algún chispazo de Reyes, el Atlético pudo incluso aumentar su renta. En ausencia de Falcao, Salvio tomó el protagonismo en dos claras ocasiones, bien salvadas por Palop. Todo el orden que mostró el Atlético se dilapidó en una jugada clave. Una falta mal sacada por Reyes se convirtió en una contra mal acabada por Salvio. Esta vez, la carrera de Navas encontró a Babá, en posición dudosa, con medio Atlético descolgado. El senegalés cumplió en su estreno de titular con un excelente golpeo.

El empate dio paso a un bonito intercambio de golpes, una cuestión peliaguda para el Atlético, con menos pólvora, desnudo ante el arreón del Sevilla, comandado por Navas, de nuevo un incordio, incasable en la banda derecha. Una de sus continuas incursiones acabó con un medido centro al segundo palo, donde emergió Reyes para rematar de cabeza. Courtois salvó la ocasión, bien colocado. El extremo, por primera vez desde que llegó Míchel, acabó el partido, sin aire, eso sí.

El que llegó al final como una flecha fue Navas. En el último minuto, su pase al área fue rematado por Manu del Moral a gol. Adelantado por muy poco, hubo fuera de juego.

Simeone: “No siento rabia”

Se adelantó el Atlético e igualó el Sevilla en un emocionante partido de ida y vuelta. “No tengo ninguna rabia. Estoy contentísimo con los jugadores y nuestro objetivo es ir partido a partido”, aseguró sobre la ventaja perdida Diego Pablo Simeone, el técnico rojiblanco, que fue jugador del equipo andaluz y que llegó al duelo con la plantilla acosada por las bajas.

“El equipo respondió bien ante un gran equipo con una gran afición”, comentó el argentino. “No estuvimos inspirados con la pelota y eso nos hizo no poder concretar los contraataques. El gol del Sevilla vino en una jugada de ataque nuestra”, lamentó el técnico.

“Era un contragolpe claro nuestro, nos han robado y nos han pillado saliendo a la defensa. Una pena”, opinó el defensa Domínguez, de vuelta a la titularidad en el Atlético, que ha sumado cuatro de los últimos 15 puntos en liza: cuatro empates y una derrota. “Era un partido difícil. El equipo sabe a lo que juega. Nos plantamos bien en el terreno de juego esperando alguna pérdida de balón suya. Quizás nos faltó aguantar un poco el inicio de la segunda parte. Había bajas e hicimos un esfuerzo grande”, se despidió el central.

“Tuvimos ocasiones los dos, tampoco es que la primera parte fuera claramente suya”, se arrancó el sevillista Reyes, quien reconoció no estar todavía en su mejor momento físico tras enfrentarse a su exequipo y que jugó su primer partido completo en el Sevilla con Míchel al frente del banquillo. “Todavía queda muchísimo”, recordó el extremo sobre la lucha que intentarán mantener los dos equipos para clasificarse para jugar en Europa.

“Creo que la primera mitad hubo un exceso de ganas de ganar y no se hizo lo que se había pensado. En la segunda sí se crearon más espacios y hemos podido ganar”, comentó Míchel, el entrenador sevillista. “No hemos salvado un punto. No nos vamos con la sensación de frenazo, nos vamos con la sensación de que estamos en la línea y de que el Atlético sabe que haber conseguido un punto aquí es bueno”.

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