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CICLISMO

Tiernan-Locke, la revelación

El inglés, con una potencia terrible en los repechos, ha conseguido cinco victorias en febrero

C. ARRIBAS
Tiernan-Locke, en el Tour del Mediterráneo.
Tiernan-Locke, en el Tour del Mediterráneo.BORIS HORVAT (AFP)

Alex Sans pasó este invierno en Mallorca –en el mismo hotel en el que se concentraba el Banesto, donde también mantiene Stephen Roche su escuela de ciclismo-- unas semanas guiando los entrenamientos del Endura Racing, el equipo inglés de tercera división en el que corre, y muy deprisa, Jon Tiernan-Locke, la revelación del año ciclista. “Le hicimos unas pruebas en el puerto de Soller y mostró unos números increíbles”, recuerda Sans, un joven catalán que empezó en el ciclismo como auxiliar y poco después empezó a trabajar como director en el Cervelo, en los tiempos de Carlos Sastre. “Pero lo que ha hecho este mes no lo esperábamos, claro, nos ha sorprendido a todos”.

 Lo que ha hecho Tiernan-Locke, que es de Plymouth, tiene 27 años y unas piernas duras, y una potencia terrible en repechos cortos y muy empinados, no es poca cosa: en 10 días de febrero ha conseguido cinco victorias, todas en el sur de Francia, incluidas la general final del Tour del Mediterráneo y del Tour del Haut Var. Hasta entonces, su mayor éxito como profesional era el reinado de la montaña de la Vuelta a Gran Bretaña. Por consiguiente, en apenas una semana, Tiernan-Locke pasó para la prensa francesa de ser el ganador desconocido a convertirse en un corredor “que intriga”. Como prueba aportan la forma en que derrotó a rivales peliagudos y en todos los terrenos, al sprint y en subida, la manera en que el pasado fin de semana dejó clavados a corredores más famosos, y de los mejores del mundo, como Gilbert o Voeckler, en un repecho de un kilómetro con tramos del 20%. “Es muy fuerte en ese terreno”, dice Sans. “Sube bien, aunque no es un escalador de grandes puertos, sino de repechos más cortos, de uno o dos kilómetros, y también es rápido al sprint, pero solo en grupos pequeños. Es un poco Purito. Pero aún tiene mucho que aprender”.

Sube bien, aunque no es un escalador de grandes puertos, sino de repechos más cortos Sans, director del inglés

“A ver cuánto le dura la forma, pero seguro que estará bien en la Vuelta a Murcia”, anunciaba hace unos días Sans, y acertaba, aunque, quizás por la falta de experiencia, no ganó este fin de semana, sino que quedó segundo. Atacó el sábado al pie de Collado Bermejo (cima Pantani), el puerto que define la prueba murciana, un ataque lejano y equivocado, que finalmente solo sirvió de rampa de lanzamiento para el diminuto colombiano del Movistar Nairo Quintana, quien ganó la etapa del sábado y resistió el domingo en la contrarreloj para imponerse en la general por solo 6s sobre el inglés. Es la primera victoria profesional de Quintana, de 22 años, quien se dio a conocer al mundo ganando el Tour del Porvenir de 2010, donde demostró que pese a su nacionalidad y su escasa talla sabe moverse perfectamente en el pelotón en las etapas llanas.

La misión de Sans es detectar talentos, como demostró, por ejemplo, con el propio Tiernan-Locke. “Lo vi el año pasado en la Vuelta a Gran Bretaña y me gustó mucho, así que propuse su fichaje al manager del equipo”, dice. “Estudié mucho su historial y vi que, pese a su edad, apenas tenía experiencia como ciclista. Aprendió el oficio en equipos amateurs en Francia, donde destacó, pero lo tuvo que dejar temporalmente por una mononucleosis. Dejó el ciclismo tres años, terminó sus estudios universitarios y cubrió su cupo de fiestas de fin de semana. Después pasó por un equipillo en el que mató el gusanillo y recuperó el gusto por el ciclismo, para terminar el año pasado en el Rapha-Condor [un equipo de Londres con el nombre de una marca de ropa ciclista tan cool que hasta la viste y diseña el gran Paul Smith], donde se curtió y triunfó en el calendario asiático. Y de allí hasta aquí…”.

Lo más extraño de Tiernan-Locke no es, sin embargo, su historia, sino el hecho de que no corra en el Sky, el megaequipo que reúne a los mejores ciclistas británicos, comenzando por el campeón del mundo, Mark Cavendish, y siguiendo con Bradley Wiggins, y que simboliza el inevitable dominio anglosajón que vive el ciclismo. Y ni siquiera temen en el Endura, donde los sueldos “se cobran todos los meses y permiten vivir sin depender de nadie”, que el Sky abra los ojos y se lo robe a mitad de año. “Él ya intentó que lo fichara el Sky el año pasado y no lo consiguió, y no se puede ir este año porque tiene contrato en vigor y no lo vamos a soltar”, dice Sans. “Es un beneficio mutuo el que nos prodigamos: él nos abre puertas para participar en buenas carreras y nosotros le abrimos las puertas a los grandes equipos”. Tampoco sabe su director hasta dónde llegará este año su estrella.

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Sobre la firma

C. ARRIBAS
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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